martes, 23 de junio de 2009

HOSPITAL PARA BENAVENTE EN LA NOCHE DE SAN JUAN

San Juan. Iglesia de Arrabalde

San Juan. Arrabalde

San Juan. Bretocino

Hoguera en Coomonte de la Vega junto a la ermita. Año 2007


Preparando la hoguera en el barrio Federico Silva de Benavente. Año 2007


Todos en corro alrededor de la hoguera. Benavente

Jóvenes del barrio saltando la hoguera

Los vecinos del barrio Federico Silva rodean la hoguera con las pancartas de "Hospital para Benavente"


Éste ha sido el deseo, escrito en una pancarta, arrojado por los vecinos del barrio Federico Silva de Benavente a la hoguera, que desde hace unos años vienen haciendo en la noche, misteriosa, ritual y mágica de San Juan. Creen, e incluso están convencidos de que se cumplirá, porque así lo quiere el santo, al que se conoce y recuerda en la historia de esta villa y ciudad, en relación con hospitales y encomiendas. Y lo quieren también otros compañeros del santoral, que están ahí para atender las necesidades espirituales y ayudar a mejorar en las materiales. Sólo falta que lo entiendan y quieran los encargados de concretar y realizar esos deseos.
Es de esperar que los vecinos de los demás barrios de la ciudad y que los habitantes de todos los pueblos de esta comarca de los Valles y comarcas limítrofes, lo pidan y exijan también, aunque no hagan hogueras, ni celebren ritos parecidos. De sobra saben que la unión y colaboración de todos en esta justa y urgente reclamación puede hacer que la construcción del hospital sea pronto una realidad.
Desde la más remota antigüedad se ha celebrado, de forma especial, la fiesta de San Juan Bautista. Y ello por coincidir, más o menos, con el solsticio de verano, lo mismo que se celebra la de Navidad, coincidiendo con el de invierno. No hay que olvidar que San Juan fue el precursor del nacimiento de Jesús y quien le bautizó en las aguas del Jordán.
Eran estas unas noches y unos días en los que, debido a los cambios estacionales las gentes comenzaron a celebrar ritos y magias que tienen que ver con la naturaleza, y siempre con la intención de que ella les fuese propicia. Son, pues, la naturaleza y el hombre, que vive en ella, los protagonistas de la fiesta o tradición festiva.
Así ocurre en numerosos pueblos y ciudades de Castilla y León. Con San Juan llega el verano, nos dice el refranero, "Tarde o temprano, por San Juan es ya verano" y hay cambios en las labores agrícolas y ganaderas. Se celebran numerosas ferias y muy importantes. En ellas, antiguamente, se contrataba también a los segadores y criados para todo el año, así como a los pastores.
Por otra parte, al ser, entonces, mucho mayor el arraigo de las supersticiones y las creencias de todo tipo, se aprovechaba para manifestarlas y conseguir lo que se necesitase. Se creía en la curación de algunas enfermedades con la ayuda de plantas y árboles. De hecho en algunos lugares era y es costumbre recoger, en este día y, a poder ser de mañana, hierbas o plantas medicinales para todo el año. J. L. Alonso Ponga "Tradiciones y Costumbres en Castilla y León", dice que una de las más buscadas por las muchachas solteras era el trébol, a poder ser el de cuatro hojas, el que más suerte traía y proporcionaba una mayor felicidad. Y se cantaba la canción que muchos recordarán:

A buscar el trébole, el trébole, el trébole
a buscar el trébole la noche de San Juan
a coger el trébole, el trébole, el trébole
a coger el trébole
las treboleras van.

Otras plantas o hierbas mágicas eran el tomillo y los helechos. Con el tomillo, bendecido por San Juan y en su día, sahumaban sus viviendas. Así, las perfumaban, las purificaban y las apartaban del mal. Por otra parte, quien consiguiese flores de helecho en esta noche, adquiriría poderes mágicos. Y podía utilizar las flores en sus conjuros. Lo mismo pasaba con otras plantas y flores, utilizadas en los pueblos de acuerdo con sus distintas creencias y ritos.
Pero los dos elementos mágicos más arraigados en la costumbres populares de esta noche de San Juan son los que tienen que ver con el agua y con el fuego.
En el pasado muchos pueblos y civilizaciones creyeron que seres divinos, dioses, ninfas o espíritus diversos, protegían las aguas y que por eso tenían poderes excepcionales y propiedades curativas. De ahí que en la noche de este día se recuerden y escenifiquen algunas costumbres antiguas con el agua como protagonista: mojar los mozos a las mozas con agua de tal o cual fuente, poner a remojar hierbas aromáticas durante toda la noche y lavarse después con el agua o curarse las heridas con las hierbas, dar de beber a los animales en un manantial o arroyo determinado, etc.
Ocurría lo mismo con el rocío de la mañana de San Juan. Se creía que curaba enfermedades de la piel y por eso se revolcaban en el mismo, o lo recogían cuidadosamente para tomarlo y prevenir algunas otras enfermedades en animales y hombres. En otros lugares lo relacionaban con prácticas y ritos de fecundidad.
Estamos seguros de que, en esta comarca de los Valles, con tantos manantiales, arroyos, ríos y fuentes, las creencias y los ritos en torno a la noche de San Juan han tenido que ser abundantes, aunque apenas se conserven o no se conozcan.
El otro elemento mágico y tal vez el que más ha perdurado y que incluso se está recuperando, o introduciendo en muchas partes, es el que gira en torno al fuego, al que se relaciona con el sol y con su fuerza y energía. No es de extrañar, pues estamos en el solsticio de verano. El sol proporciona luz y calor y su acción es bienhechora y purificadora. El fuego tiene la misma virtud y produce los mismos efectos.
Lo más común es hacer la hoguera o las hogueras, en torno a las cuales se celebra todo un ceremonial. En casi todos los sitios danzan o bailan a su alrededor y terminan saltándola, cuando la llama se va extinguiendo y casi sólo hay brasas. En algunos lugares hacen muñecos de paja u otros objetos, que terminan en el fuego destructor y purificador.
Este sentido purificador del fuego hace que en algunos sitios hagan varias hogueras en distintas partes del pueblo o cada año las hagan en un lugar o en un barrio. Que la hoguera sirve para unir y estrechar los vínculos vecinales es otra creencia. Por eso ningún vecino debe faltar a la cita en esta noche. Como el creer que los jóvenes deben acudir, pues es un lugar o un momento de conseguir pareja. El fuego une y purifica.
Son muchos los pueblos de la comarca que han celebrado la noche y el día de San Juan. En algunos, por ser su patrón, ha habido más fiesta. Así ha ocurrido en Santibañez de Tera, Santibañez de Vidriales, Colinas de Transmonte, San Juanico el Nuevo y algunos otros. Estos han celebrado procesión con el santo por las calles del pueblo y tampoco ha faltado la hoguera y algunos ritos. En otros pueblos, como Manganeses y Santa Cristina de la Polvorosa se han limitado a hacer la hoguera.
Los vecinos del barrio Federico Silva de Benavente se lamentan de que el deseo expresado y entregado al fuego para su cumplimiento, Hospital para Benavente ya, no haya sido el mismo en las demás hogueras de toda la comarca, pues lo consideran de interés para todos. Una noche como ésta, mágica y de creencias, es apropiada para las peticiones, los deseos y las esperanzas. Además siendo muchas y muy unidas, San Juan y los suyos las atenderán mejor. La salud es cosa de todos y es para todos.

Reportaje publicado en el libro
PÉREZ MENCÍA, E.: Valles de Benavente, Fiestas y Tradiciones. Benavente, año 2007