viernes, 5 de junio de 2009

LA FIESTA DEL CORPUS EN FUENTE ENCALADA


Un momento de la celebración de la misa

El Santísimo bajo palio, saliendo de la iglesia


Rezando en el altar de una calle del pueblo


El sacrdote imparte la bendición con el Santísimo



La procesión regresa a la iglesia

Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión. Este dicho lo saben muy bien los vecinos de Fuente Encalada, este pequeño pueblo del valle de Vidriales, próximo a Santibáñez, que el pasado jueves, día siete, celebraron el Corpus Christi, en su día, como se hacía tradicionalmente. Y eso, a pesar de las nuevas normas, cambios y traslados introducidos por la Iglesia. Ellos han acordado hacerlo así, por respeto a sus antepasados y a la misma celebración:
“Mire, aquí este día siempre fue una gran fiesta. Y además de adornar las calles con ramos y flores y colocar altares, como se hace ahora, antes también había danzas, loas y otros actos festivos. Lo que pasa es que ahora somos pocos, y es difícil organizar las cosas. Pero seguiremos celebrándolo”, me dice uno de los vecinos.
También cuentan con el sacerdote encargado de la parroquia, que les apoya y, al menos en el aspecto religioso, celebra los actos con la debida solemnidad. A las trece horas se inicia la misa cantada con participación de todos. El color blanco, la luz y el incienso contribuyen a realzar el acto. Lo mismo que un Gloria especial, que suena muy bien y que termina con Aleluya Amén.
En la homilía comenta el evangelio que hoy trata de la multiplicación de los panes y los peces, pero habla más del reparto, que era lo que pretendía Cristo. Y de que a nadie le falte el pan, ni tampoco la palabra como alimento espiritual. Es un día de caridad, pero también de justicia y de paz. En el momento de las peticiones, sobre el mismo tema, todos contestan: -Danos Señor tu pan.
Cánticos también durante el ofertorio y la Comunión. Al finalizar la misa el sacerdote expone en la custodia al Santísimo y, de rodillas, comienza el rezo de la estación a Jesús sacramentado: -Viva Jesús Sacramentado, dice él y todos contestan -Viva y de todos sea amado, seguido de un Padrenuestro, Ave María y Gloria. Después se canta el Pange Lingua Gloriosi Corporis Mysterium..., antes de dar comienzo a la procesión.
La procesión era y es uno de los actos religiosos más importantes de la fiesta del Corpus en todos los lugares. Es el mayor y mejor homenaje a la Eucaristía, al Cuerpo de Cristo, que se lleva por las calles para la adoración de los fieles.
En Fuente Encalada también ocurre así, pero de modo más sencillo. Es natural. A la Cruz parroquial, que va en cabeza, le sigue la custodia portada por el sacerdote, bajo un blanco palio que llevan cuatro vecinos. Delante, a los lados y detrás, las demás personas del pueblo.
Durante el recorrido se entonan los cánticos eucarísticos: Oh buen Jesús yo creo firmemente.... Cantemos al Amor de los amores... y otros
Las calles adornadas con ramos y flores nos indican el lugar del recorrido. El Santísimo Sacramento se pasea por varias calles del centro y de las afueras, no lejos del campo. Al llegar a la plaza y junto al Ayuntamiento hay un altar. La procesión se detiene. El sacerdote coloca la custodia sobre el mismo, reza de nuevo la estación a Jesús sacramentado y antes de continuar, da la bendición al lugar y a los presentes.
Se regresa a la iglesia. Allí entonan el Tantum ergo Sacramentum veneremur cernui.... El sacerdote concluye el acto religioso con la bendición del Santísimo.
Antes de irse cantan todos unidos y con fuerza Demos gracias a Dios... El sacerdote les agradece su asistencia y les desea felices fiestas del Corpus. Al día siguiente ofrecerá la misa por los difuntos de la parroquia.
Un año más Fuente Encalada ha celebrado sus fiestas del Corpus. A su modo y en su día, según la tradición. También lo celebran, aunque en la fecha establecida en la actualidad, otros pueblos de los Valles como Benavente, Camarzana y Junquera de Tera, Alcubilla de Nogales, Congosta de Vidriales, Pobladura del Valle, etc. En todos también con procesión y algunos otros actos.
Estas fiestas del Corpus coinciden, casi siempre, con el final de la primavera y el comienzo del verano, y aunque con unos orígenes más profanos, en la actualidad, los actos que se celebran giran, en general, en torno al hecho religioso. Al extender la festividad por toda la cristiandad, se intentaba cristianizar viejas tradiciones, más bien paganas o de significado distinto. Pero algunos de los actos de la antigüedad perduran todavía hoy.
Es una fiesta dedicada a la Eucaristía (aunque el día clave para esto es el Jueves Santo). Y en algunos pueblos solía y suele ser de singular relevancia.
El momento más importante de la misma y por lo que se ha hecho notar públicamente y ha llamado siempre la atención ha sido, precisamente, por la gran procesión sacramental que se celebra en muchos lugares, de gran interés desde el punto de vista tradicional, pues en ella se daban cita, además de las jerarquías, gremios y corporaciones, un amplio elenco de expresiones folclóricas puramente festivas, aunque no exclusivas de esta celebración: Figuras de cartón piedra, gigantes, gigantones, gigantillas y enanos cabezudos que, representando a personajes, elementos de la naturaleza o animales, solían aparecer abriendo el cortejo; representaciones alegóricas en forma de autos breves, loas, entremeses o mojigangas; batallas danzadas entre ángeles y demonios, cristianos y moros, santos e infieles... escenografías populares que representan luchas incruentas entre el bien y el mal o que conmemoran sucesos de carácter local.
Entre las actos que más han perdurado hay que destacar los bailes y danzas que se realizan en muchos lugares, en la misma procesión, delante del Santísimo.
En algunos pueblos de los Valles, como he dicho, se celebra el Corpus con cierta solemnidad, aunque los actos sean distintos. Por aquí era y es costumbre, lo hemos comprobado en Fuente Encalada, adornar las calles por donde va a pasar la procesión con ramos y pétalos de flores y colocar altares.
En cuanto a los orígenes y promoción de esta fiesta del Cuerpo de Cristo, parece ser que arrancan de la supuesta visión sobrenatural de la beata Juliana en el monasterio agustino de Mont Cornillón. Aunque aprobada por el obispo de Lieja en el año 1246, fue sin embargo el papa Urbano IV quien, a través de la bula Transiturus, la sancionó y extendió por toda la Iglesia a partir del 8 de Septiembre de 1264, fijando su celebración para el jueves siguiente a la octava de Pentecostés. Al morir el papa se dejo de celebrar durante varios años hasta que en el concilio de Viena, en 1311, se renueva y confirma la celebración de modo definitivo.
En la actualidad la iglesia la ha trasladado al domingo siguiente, excepto algunas ciudades como Toledo, Sevilla, Granada, Sitges, etc. que la siguen celebrando el jueves. También lo hacen en algunos otros lugares de toda España, incluso de esta comarca, como hemos visto en Fuente Encalada. Quieren seguir respetando la tradición hasta en el día de la celebración.


Publicado en el libro
PÉREZ MENCÍA, E.: Valles de Benavente. Fiestas y tradiciones. Benavente, 2007