martes, 24 de noviembre de 2009

LA CAMPANA DE LA ERMITA DE ABRAVESES DE TERA

Ermita de la Virgen de las Encinas de Abraveses de Tera

Gloria Sandín tocando la campana de la ermita al llegar el mediodía

Imagen de la Virgen de las Encinas en el retablo central de la ermita


Lugar destinado, antiguamente, para vivienda de la ermitaña

Pozo utilizado, antiguamente, para servicio de la ermita y de la ermitaña


El pasado día 10 de Noviembre pudimos comprobar que la pequeña campana de la ermita de la Virgen las Encinas en Abraveses de Tera sigue sonando, al mediodía, como desde hace más de 100 años. En esta ocasión quien la tocaba era Gloria Sandín, la vecina del pueblo a quien correspondía hacerlo, según el acuerdo tomado y el orden establecido desde hace mucho tiempo. Lo hacen por calles y casas habitadas, para que todos los vecinos participen.
Gloria, al llegar la hora, abre la puerta de la ermita y comienza a tirar de la cuerda con la que consigue voltear la campana para que suene durante unos minutos. Después nos cuenta lo siguiente:
“Aquí, hasta principios del siglo XX, siempre hubo ermitaña, que vivía en una pequeña casa adosada a la parte posterior de la ermita. Ella se encargaba de cuidar y atender al edificio y su entorno, y también de tocar la campana al mediodía. Desde que ya no hay ermitaña somos los vecinos del pueblo quienes lo hacemos”.
Ocurre que en Abraveses tienen gran amor y veneración por su Virgen de las Encinas, a la que dedican algunas fiestas durante el año. También cuidan mucho su ermita, procurando que el edificio esté bien, tanto en el exterior como en su interior. Y conservan algunas tradiciones muy antiguas como ésta de tocar la campana todos los días del año al mediodía. Con ello pretenden y consiguen:
Que los vecinos del pueblo y todos los que la oyen, estén en casa o en el campo, se acuerden de la Virgen de las Encinas. Y hasta puede ser que algunos le recen unas oraciones desde el lugar en el que se encuentren
Otros aprovecharán el momento para el rezo del Angelus, devoción o práctica religiosa muy arraigada antiguamente (se originó en el siglo XVIII), pero hoy casi desaparecida. Se trata de una oración en honor del misterio de la Encarnación que se compone de tres versículos seguidos cada uno de un Ave Maria. Se rezaba tres veces al día cuando las campanas de alguna iglesia o ermita lo anunciaban tocando por la mañana, al mediodía o al atardecer.
A otros, no tan preocupados por el hecho religioso, el toque diario les ayuda a recordar la hora del día y así, a falta de reloj, calculan mejor el tiempo que les queda para regresar a su casa, después de su trabajo mañanero.
A los vendedores ambulantes y demás servicios que llegan diariamente al pueblo no les extraña ya oír la campana. Saben de lo que se trata, conocen la costumbre y tradición, pues se lo han contado. Pero sí extraña a los forasteros o a quienes visitan por primera vez el lugar. Algunos de estos incluso aprovechan el momento para acercarse hasta la ermita y ver exteriormente el edificio con la espadaña y la campana; lo que fue la antigua casa de la ermitaña; el pozo de la ermita; y todo el entorno. Y también aprovechan para ver y conocer su interior: los retablos, el pulpito, el coro, las imágenes, entre ellas la de la Virgen y la de Santiago, y sobre todo el túmulo funerario muy antiguo y de gran importancia, no solo por su forma, sino principalmente por su decoración con pinturas y relieves relacionados con la muerte y demás novísimos.
Y hasta es posible que quien toque la campana ese día les cuente cosas sobre la historia, no exenta de leyendas, de la ermita y de la Virgen de las Encinas. Lo mismo que hoy ha hecho y suele hacer siempre Gloria Sandín, con todos los que se acercan hasta allí.
“Venimos todos los días, sea invierno o verano, haga frío o calor, llueva o nieve. Y cuando hay señales de tormenta, con la posibilidad de que caigan rayos o granizo que puedan destruir las cosechas, también vamos a tocar la campana, en este caso a cualquier hora del día o de la noche, en la creencia de que su sonido o sus vibraciones harán desaparecer dicha tormenta”.
Y si algún vecino no puede hacerlo por motivos personales: enfermedad, incapacidad física u otras razones, lo hace alguno de su familia, u otro vecino o amigo. Lo importante es cumplir con lo establecido, en este caso por la costumbre o la tradición: que no deje de sonar la campana de la ermita al llegar mediodía de todos los días.
Y, cuando el tiempo es bueno, como ocurre en primavera o verano, hasta les resulta agradable dar un paseo hasta la ermita, ubicada en un altozano, no lejos del monte de encinas, desde donde se divisa, no sólo Abraveses, sino también algunos otros pueblos de la ribera del Tera. Y allí además de tocar la campana, pueden ver a su Virgen y rezarle una oración, al tiempo que le piden por los suyos y también por los demás vecinos del pueblo, para que sigan cumpliendo con esta tradición heredada de los antepasados.



Publicado en La Voz de Benavente y Comarca el 22 de Noviembre de 2009

sábado, 21 de noviembre de 2009

POR SANTA CECILIA SUENA LA MÚSICA


Imagen de Santa Cecilia. Iglesia de Santa María del Azogue de Benavente

La banda municipal Maestro Lupi tocando durante la misa.


El coro de la iglesia de El Carmen actuando el día de Santa Cecilia.

Interior de la iglesia de El Carmen de Renueva el día de Santa Cecilia



Banda municipal de Aguilar de Campo tocando en una calle del pueblo

Concierto de la banda "Maestro Lupi" en el teatro Reina Sofía de Benavente

El día 22 de Noviembre se celebró la fiesta de Santa Cecilia, patrona de la música y de los músicos. La banda municipal “Maestro Lupi” de Benavente trasladó la conmemoración al fin de semana pasado, los días 25 y 26.
Cecilia, hija de una familia noble romana, vivió en el siglo III. Defensora siempre de su fe y de su virginidad, destacó también por el don de su voz y de su palabra. Fue martirizada por el prefecto de Roma en tiempos del Papa San Urbano, el mismo que la había bautizado.
Se la considera patrona de la música porque, según unos, predicó y cantó hasta el día de su propia muerte y, según otros, por la música que se oyó en el cielo el día de su martirio. Sea lo que sea, lo cierto es que ahí está la santa y sus abundantes imágenes en las iglesia para que los ciudadanos, con mayor o menor creencia, puedan recordarla, venerarla y celebrar su fiesta.
En su iconografía se nos muestra vestida como una doncella romana, con túnica y manto o traje de época. Suele llevar corona real o de flores y como atributos un órgano, un arpa u otro instrumento musical en sus manos. La imagen que se encuentra en la iglesia de Sta. María del Azogue de Benavente tiene nimbo en lugar de corona, un arpa a su lado y la palma del martirio en sus manos. En ocasiones aparece un ángel que le coloca la corona de flores o nos muestra un corte en el cuello, muestra evidente de que en su martirio le cortaron la cabeza.
Por Santa Cecilia suena la música. Así ocurrió en Benavente el pasado fin de semana. El sábado la banda “Maestro Lupi” deleitó a todos los presentes en el teatro Reina Sofía de la ciudad con un concierto en el que, tras presentar su segundo disco “Homenaje a la Zarzuela”, interpretaron en la primera parte obras como La Meiga (Intermedio) de Guridi; El Cantar del Arriero (Selección) de Díaz Gilés) y El Tambor de Granaderos (Obertura) de R. Chapí. Y en la segunda parte las obras Guillermo Tell (Obetura) de G.Rossini y el Príncipe Igor (Danzas guerreras) de A. Borodin.
Ante los repetidos aplausos de los asistentes la banda interpretó dos bises: Escena y Gran Marcha de Aida de Verdi, y Selections from E. T. de John Wiliam Ericson. Terminó su actuación no sin recibir, de nuevo, abundantes aplausos.
El Domingo, día 26, los miembros de la banda asistieron a una misa en honor de Santa en la iglesia de El Carmen de Renueva, contando siempre con la colaboración de su párroco D. Tomás. Interpretaron música religiosa apropiada para el momento. Durante la misma actuó también el coro de la parroquia, como suele hacerlo los días festivos. Sus cánticos con buena dirección y con acompañamiento del órgano eléctrico sirvieron para dar realce al acto y al mismo tiempo para honrar también ellos a Santa Cecilia, por más que en este Domingo la iglesia celebrase oficialmente el día de Cristo Rey. Pocas veces se puede ver en la parroquia, con la iglesia totalmente llena, a la banda municipal y al coro parroquial, con el acompañamiento del órgano, en una actuación conjunta.
Terminada la misa los componentes de la banda y algunos de sus familiares se reunieron en una comida de convivencia, también necesaria, para unir, ene este caso, no sonidos sino amistades.
Por Santa Cecilia sonó también la música en Aguilar de Campo el sábado día 25. Así pudimos comprobar y vivir un grupo personas con motivo de un viaje a dicho lugar, organizado por la Fundación Amigos del Patrimonio de Castilla y León.
Coincidió que, durante la mañana, la banda estaba celebrando la fiesta de Santa Cecilia y lo hacía actuando en calles y plazas de la localidad. Al llegar los músicos a los distintos lugares y, tras el ‘Viva Santa Cecilia’ de su director, comenzaban a interpretar algunas piezas, del agrado de los vecinos y de los muchos forasteros que los fines de semana acuden allí para visitar exposiciones, ver iglesias románicas u otros monumentos, o incluso paisajes, de lo cual hay mucho en aquella comarca. La gente se detenía, escuchaba y al final aplaudía a estos músicos, en este caso de calle, que estaban de fiesta y querían hacer partícipes de la misma a todos los demás.
Y por Santa Cecilia sonó también la música en muchos otros pueblos y ciudades de nuestra Comunidad que disponen de bandas o grupos musicales.
La banda “Maestro Lupi” ha dado la nota, una vez más, en Benavente. Los ciudadanos han tenido la posibilidad de escuchar de nuevo a sus más de 60 músicos, la mayoría de ellos muy jóvenes, que trabajan y actúan con gran ilusión. Siempre que lo hagan así tendrán el éxito asegurado, tocarán más conciertos, grabarán más discos, y contarán siempre con el apoyo y aliento, no solo de los que viven en la ciudad, sino también de todos los que habitan en esta comarca, cargada también de notas bellas y sonidos, como los que parten de la naturaleza que la rodea: agua, vegetación, árboles, flores, etc. y del arte, pues es mucho también lo que se puede admirar por estas tierras.

Publicado en el libro:
PÉREZ MENCÍA, E.: Valles de Benavente. Fiestas y tradiciones. Benavente, 2007

lunes, 9 de noviembre de 2009

SAN MARTÍN DE TOURS, PATRÓN DE VILLANAZAR, CONGOSTA Y PALADINOS DEL VALLE

Valladolid. Retablo de la iglesia de San Martín

San Martín. El Greco

San Martín. Retablo de la iglesia de Paladinos del Valle

San Martin. Retablo de la iglesia de Villanazar.

Villnazar. Mujeres de la Asociación San Martín el día de su fiesta

Martín o Martino (del latín Martinus perteneciente a Mars ‘Marte’, dios de la guerra) es y significa hombre marcial, guerrero y belicoso. Precisamente la difusión de este nombre, aunque en el santoral hay otros doce con el mismo, se debe en gran parte a este santo que fue soldado y que compartió su capa con un mendigo.
Natural de Panonia, la Hungría de hoy, se enroló muy joven en el ejército romano sirviendo en Italia y luego en Francia. Es aquí donde tuvo lugar el episodio más famoso de su vida, el de la Caridad. Un día del invierno del año 337, estando de guarnición en Amiens, Martín encuentra a la puerta de la ciudad a un mendigo desnudo y tiritando de frío; corta entonces su capa y le da la mitad al pobre. Cuentan que, a la noche siguiente, se le apareció Cristo con la media capa entregada al pobre, agradeciéndole su gesto caritativo. Desde este momento Martín decide abandonar el ejército y se convierte. Poco después recibe el bautismo y entra al servicio de San Hilario, obispo de Poitiers.
Adquiere una gran fama como misionero, por lo que en el año 370 fue elegido Obispo de Tours, cargo que desempeño durante 26 años. Vivió los últimos días de su vida en el monasterio de Marmoutier, fundado por él en la orilla del Loira, uno de los mayores y más visitados de Occidente. Murió en l 397.
Por su labor se hizo merecedor del sobrenombre de Apóstol de las Galias
El culto a San Martín tenia su centro en Tours, cerca de su tumba, meta de una de las más importantes peregrinaciones de Occidente. Allí se encontraba su famosa capa, una de las reliquias más preciadas en Francia durante la Edad Media, reliquia que los reyes merovingios y carolingios convirtieron en emblema doméstico y nacional. Los reyes la llevaban en sus expediciones bélicas y la veneraban en una especie de tienda, como adoratorio. Este es el origen de la palabra capilla (de capella), pequeño edificio contiguo a una iglesia o dentro de ella, con altar y advocación particular.
San Martín era patrón de los soldados y de los caballeros, pero también lo tuvieron o tienen por patrón los pañeros, peleteros y sastres y casi todas las asociaciones de la capa que existen en la actualidad.
En el día de su fiesta, antiguamente, los campesinos celebraban la llegada del invierno llevando a cabo comilonas (a veces se mataba un cerdo), encendiendo hogueras y pagando sus deudas, préstamos y arrendamientos. Pagaban sus tributos en aves y era costumbre comer una oca en ese día, de ahí que la oca sea en acciones atributo del santo. Sea lo que fuere, lo cierto es que el día de San Martín fue siempre una de las fiestas más importantes del calendario rural.
En la actualidad ocurre lo mismo. Pocos son los agricultores que no se acuerden del santo, pues en su día se suelen celebrar importantes ferias, y, si hacemos caso al refranero suceden otras cosas: “Por San Martino prueba tu vino y mata tu cochino”; y también: Ajo ¿por qué fuiste ruin? Porque no me sembraste por San Martín”, etc.
Además de nombres de pueblos: San Martín de Castañeda, San Martín de Pedroso, San Martín de Tabarra, etc., no faltan calles o plazas dedicadas a él, como ocurre en Benavente que una de las más antiguas es la Plaza de San Martín, en la que probablemente hubo una antigua iglesia a él dedicada.
Las cofradías o Asociaciones de la Capa lo tienen también por patrón. No podía ser menos pues su capa fue protagonista en su vida de atención, en aquel momento al pobre, y después a todos los demás necesitados.
La iconografía sobre San Martín, lo mismo que su culto, es abundante. Se le representa como militar o como obispo. Como militar ostenta la clámide romana o viste de caballero de la época con casco o sobrero con pluma. Así aparece en la escena de la Caridad, vestido de soldado sobre un caballo grande y con un amplia capa. Como obispo viste de pontifical con casulla o capa, báculo y mitra. Nos sirve de ejemplo la bella imagen de Paladinos del Valle.
En la escena de partir la capa, que es la preferida por los artistas, el mendigo lleva a veces nimbo crucífero para indicar que se trata o representa a Cristo. A partir del Renacimiento tiene junto a él una oca o pato silvestre. En algunos sitios en donde es invocado contra las enfermedades de los animales domésticos, aparece junto a alguno de ellos. Como protector de las caballerías en otro tiempo le ofrecían, a modo de exvotos, herraduras.
La toponimia conserva la intensa difusión de su culto en Francia, en donde todavía hoy existen más de 500 municipios y cerca de 4000 parroquias que llevan su nombre. Fue el santo más popular en este país durante la Edad Media y parte de la Moderna También llegó su culto a otras partes del mundo cristiano, incluso a esta provincia y más concretamente a esta comarca de los Valles de Benavente, aunque en época muy posterior. Pueblos como Villanazar, Congosta de Vidriales y Paladinos del Valle lo tienen por patrón y celebran fiesta. En algún otro como Tardemezar tienen también su imagen y lo veneran.
En Paladinos, uno de los pueblos más pequeños de este norte provincial, sus 20 vecinos asistieron a la misa en honor de su patrón el primer día y el segundo fueron al cementerio, junto con el sacerdote, para recordar y rezar por sus difuntos. En la imagen que preside el centro del retablo mayor de la iglesia el santo está representado como obispo y es de gran calidad artística, y una de las pocas existentes en la provincia.
En Congosta después de la misa celebraron la procesión con el santo, imagen de soldado-caballero con la capa, por las calles del pueblo y no faltan los músicos que acompañan en este y otros momentos de la fiesta. Al día siguiente después de la misa por los difuntos se dirigieron también al cementerio.
En Villanazar existe la Asociación Cultural San Martín que se encarga de algunos de los actos. El día 11, a las trece horas, se celebró la misa y sus socios y socias asistieron con capas confeccionadas durante un curso de bordados tradicionales celebrado en el pueblo y se encargaron de las ofendas durante la misma. Al final todo el pueblo estaba invitado a un aperitivo en las antiguas escuelas.
Lo mismo que en Congosta y Paladinos, al día siguiente se celebró la misa por los difuntos de la parroquia y la visita al cementerio.
Los pueblos de los valles siguen con sus tradiciones. Algunas personas se lamentan de su posible desaparición, aunque afirman que, por su parte, no ocurrirá. Y es que no pueden menos de acordarse de Santa Bárbara cuando truena, ni de San Martín en el mes de noviembre, mes de matanzas, magostos, siembra de ajos y degustación del nuevo vino, pues todo esto ha formado parte de su vida.

Publicado en La Voz de Benavente y Comarcas el día 17 de Noviembre de 2007

domingo, 8 de noviembre de 2009

BENAVENTE CELEBRÓ UN AÑO MÁS EL MAGOSTO, FIESTA DE EXALTACIÓN DE LA CASTAÑA

Las castañas asándose en el tambor

Salen calentitas y en su punto

Haciendo cola en la Plza Mayor

La hora del reparto

La degustación


La ciudad de Benavente celebró el pasado sábado, día 18, la fiesta tradicional de “el magosto”como se hace en otros muchos lugares de esta provincia, principalmente en las comarcas de Aliste, Carballeda y Sanabria y como no, en los Valles, pues junto a los árboles existentes van surgiendo nuevas plantaciones. Podemos decir que es una fiesta ya recuperada, pues se viene haciendo desde hace varios años.
Magosto es palabra procedente del Latín, muy utilizada en algunas lenguas romances, precisamente en aquellos países o regiones en los que más se celebra la fiesta. En portugués se dice magusto, en gallego o mangosto, en asturleonés mangüestu y en castellano magosto, palabra utilizada en esta provincia en las comarcas citadas.
Es una celebración del ciclo del otoño en la que las castañas son las protagonistas junto con el vino, a poder ser el nuevo, una vez terminado el proceso de fermentación del mosto. Fiesta o rito agrario en torno a la castaña, que se celebra al final de su recolección, lo mismo que se celebran otras fiestas por estas tierras, en torno a los cereales o al mismo vino. Fiesta tal vez de origen pagano que luego fue cristianizada, como muchas otras de carácter agrario, y que tiene una gran antigüedad. Algunos la relacionan incluso con el culto a la fecundidad, siendo en este caso el fuego o la lumbre quienes representarían al sol, dios fecundador de la tierra.
Sobre la etimología o el significado de la palabra magosto hay dos interpretaciones. Una la hace derivar de magus (de magnus grande) y ustus (de urere-ustum quemar) significando gran hoguera o fuego. Otros ven en la palabra el término latino magus (mago), relacionándola con algo mágico o hechicero.
Pienso que las dos interpretaciones nos pueden servir, pues la gran hoguera es una realidad y lo mágico y legendario estaría en su ancestral celebración que era siempre en el monte, lugar sagrado para algunas civilizaciones y el mejor altar para las ceremonias de la fiesta en la que no faltaban el fuego, cánticos y música con sabor antiguo.
Sea lo que sea en cuanto a su origen lo cierto es que hoy se entiende por magostar el acto de asar castañas y magosto la hoguera donde se preparan.
Sobre la fecha de su celebración también conviene decir algo. Suele ser siempre en el mes de Noviembre entre los días uno y dos, festividades de Todos los Santos y de Los Difuntos y el día 11, la fiesta de San Martín o San Martino, así llamado en otros lugares. Hay un refrán que dice: “Por San Martino se hace el magosto, con castañas asadas, vino y mosto”. Esto ocurre en Galicia, el Bierzo y también en muchos pueblos de Los Valles. Y así ocurrió el sábado pasado en Benavente, concretamente en la Plaza Mayor, a partir de las 19 horas. Una vez preparada la hoguera con abundantes palos y tablas, sobre las brasas de la misma colocaron un tambor agujereado giratorio y lleno de castañas, que lentamente se fueron asando. Fueron muchos cientos de kilos, pues también fueron varios cientos de personas las que se acercaron a degustarlas, una vez asadas. Además de castañas, el Ayuntamiento obsequió a los presentes con queso y vino de la tierra. El vino si no era el nuevo, sí era el de la cosecha anterior, un rosado o clarete leonés, limpio y de buen color y sabor, como el que se produce y elabora por los Valles. Pronto la Plaza Mayor de la ciudad se fue llenando de grupos de ciudadanos a quienes se veía degustar las castañas, al tiempo que conversaban y recordaban tradiciones y vivencias del pasado.
Que el magosto era antiguamente y lo es en la actualidad una gran fiesta, nadie lo duda, pues en algunas partes la degustación de castañas va acompañada de una suculenta merienda a base de embutidos, empanadas, queso y otros manjares, sin faltar los postres, el buen vino y los aguardientes. La fiesta suele estar acompañada de música, cánticos y bailes tradicionales que ayudan a recordar y vivir mejor la celebración.
No estaría mal que también en Benavente el magosto se acompañase de música a cargo de alguna charanga que, con instrumentos tradicionales como la dulzaina o la gaita, tan conocidos y apreciados por la comarca, deleitase a todos los presentes.
Esta antigua fiesta, que se ha introducido y recuperado en muchas localidades, también se celebra en Colegios e Institutos y entre las familias o grupos de amigos. Y se hace en los lugares más diversos, calles, plazas, patios de casas o de colegios, etc, sin olvidar el monte que es el lugar más emblemático y sugerente para ello. Es una fiesta que va a más y será así, pues el pueblo siempre celebró sus fiestas después de la recolección de los frutos o relacionadas con ellos. Unas veces como acción de gracias por la cosecha y otras simplemente como fiestas de convivencia ciudadana, después de terminar las tareas del acampo.
Las castañas, que sirvieron de alimento a la población rural en momentos difíciles a lo largo de la historia, lo mismo que los cereales y otros productos en otras regiones, cuentan con una fiesta, después de su recolección: el magosto. Ojalá que el calendario festivo popular no se olvide de ella, pues goza de gran sabor tradicional y está rodeada de leyendas y creencias.
Publicado en el libro
PÉREZ MENCÍA, E.: Valles de Benavente. Fiesta y traiciones, Año 2007

DEVOCIÓN A LAS BENDITAS ÁNIMAS EN VILLAVEZA DEL AGUA


Las bollas, la cera y el vino que se ofrecen a la Ánimas Benditas

El túmulo funerario durante la misa el día de los Difuntos


Estandartes utilizados por la Cofradía de las Ánimas

La procesión se dirige al cementerio


El sacerdote rezando responsos por los difuntos

Desde el siglo X la Iglesia Católica viene celebrando las fiestas de Todos los Santos y de los Difuntos los días uno y dos de Noviembre, pero en la tradición religiosa popular se considera a este mes más como el de los Difuntos, o mejor dicho el de las Benditas Ánimas, pues, bajo este nombre fueron siempre objeto de atención y veneración.
En casi todos los pueblos existían cofradías denominadas de Ánimas, algunas muy antiguas y con importantes actos en relación con los muertos. Pero en la actualidad, con el paso del tiempo y la modernidad en la forma de sentir y vivir el hecho religioso, la atención de los ciudadanos se ha centrado más en los vivos y en sus atenciones y necesidades. De ahí que gran parte de las Asociaciones o Cofradías fuesen desapareciendo. Por eso son de admirar los vecinos de Villaveza del Agua que en 1997 decidieron recuperar su antigua Cofradía de la Benditas Ánimas, cuya existencia data de 1797 y que había llegado a su desaparición casi total.
Hablo con Aristo Donado Peña, el mayordomo de este año: “Celebramos la fiesta el Domingo siguiente al día de Todos los Santos (día 1). Para la refundación de la cofradía, aunque no disponíamos de los libros antiguos que estarán en los archivos, sí contamos con la ayuda del párroco y el testimonio directo de personas mayores que pertenecieron toda su vida a la cofradía. Y, más o menos, seguimos haciendo los mismos actos”.
El sábado anterior, víspera de la fiesta, fue el final del novenario. Después se hace una visita al cementerio. Durante los días de la novena permanece colocado en la iglesia el túmulo funerario y el sacerdote reza un responso junto a él.
Y el domingo, a partir de las nueve de la mañana comenzó el reparto y entrega de una bolla de pan y una botella de vino a cada uno de los 196 socios con que cuenta la cofradía.
A las trece horas todos los vecinos, cofrades y no cofrades, acudieron a la iglesia para asistir a la misa solemne, cantada y con sermón especial. Al llegar el ofertorio el mayordomo, que estaba colocado cerca del presbiterio, ofreció una bolla y una jarra de vino al sacerdote celebrante. Los otros cargos de la cofradía permanecieron durante la misa junto al túmulo funerario que tenía los velones encendidos. En el túmulo estaban representadas las almas de todos los fieles difuntos.
Una vez terminada la misa se dirigen en procesión hacia el cementerio. A la cruz que va en cabeza le siguen el sacerdote acompañado del cabildo de la cofradía: el mayordomo con una vara con imagen de las Ánimas y el juez y el monitor con los dos velones sobre una vara de metal. Detrás el resto de los cofrades y demás vecinos y forasteros asistentes al acto.
Al llegar al cementerio, el sacerdote reza responsos por los cofrades y por todos los enterados en dicho lugar, regresando posteriormente de nuevo a la iglesia.
Aristo me contó más cosas sobre la cofradía. Tenemos, dice, los siguientes cargos directivos: Mayordomo, juez, monitor, y últimamente hemos nombrado un suplente, por si fuese necesario .Dice que las personas y cargos elegidos en el año de la refundación fueron: Mayordomo: Sixto Valderas; Juez: José Gómez; Monitor: Prudencio Parra. Y los que han ejercido en este año 2008 han sido él, como mayordomo y Carmen Neches, Ciriaca Gutierrez e Isabel Prieto para los demás cargos.
Desde el principio hemos seguido con los mismos, que se renuevan cada año el mismo día de la celebración. El juez pasa a mayordomo, el monitor a juez y el suplente a monitor, con lo que está asegurada la dirección de la cofradía. En realidad, quien dirige, organiza los actos y administra a la cofradía es el mayordomo, contando siempre que lo necesite con los demás.
Y respecto a los socios: “Somos 195, incluidos los que han fallecido (unos 50) que también pertenecen, pues sus familiares pagan la cuota, y casi todos vivimos en el pueblo. La cuota normal es de 9 euros al año, pero los difuntos y los jóvenes menores de 16 años pagan 5 euros.
Los socios, aparte de pagar la cuota, deben de asistir (no es obligatorio) a la novena de Ánimas todos los días, pero sobre todo el sábado anterior a la fiesta, día en el que se hace la primera visita comunitaria al cementerio; y asistir también a la misa solemne y con sermón del día principal (antiguamente se pasaba lista al final) y acompañar después en la procesión al cementerio.
“Las nuevas normas que tenemos, añade Aristo, siguen en lo fundamental a los antiguos Estatutos, a juzgar por el testimonio de los mayores. Todos tenemos derecho a recibir una bolla de pan y una botella de vino. Se reparte en casa del mayordomo por la mañana del domingo, antes del comienzo de la misa. Por otra parte, cuando fallece uno, es la cofradía la que se encarga de prepararle la sepultura, corriendo con los gastos del albañil o de todo aquello que se necesite”.
También tienen establecido que, el domingo siguiente a la fiesta de las Benditas Ánimas, el nuevo mayordomo done una hemina de castañas cocidas y un cántaro de vino para todos los cofrades en su casa. El gasto de las castañas corre a su cargo y la cofradía paga el vino. Se trata de un acto de convivencia. Ocurre que a las castañas se acompaña de otros alimentos hasta convertirse en una merienda. No hay que olvidar que lo de las castañas no es de ahora, pues antiguamente también lo hacían, aunque tal vez de otra forma.
El presidente de la cofradía, ligada a la iglesia, como no podía ser menos, es el cura párroco, que se encarga de las misas, procesión, responsos, etc., por todo lo cual recibe un estipendio. También lo recibe el predicador que es contratado por la misma cofradía, tal como se hacía antiguamente.
Nos llama la atención el túmulo funerario que se conserva, desde antiguo, en la iglesia y que se utilizaba y se utiliza en estos días del novenario y de la fiesta de la Benditas Ánimas. También disponen de dos estandartes que se colocan en el presbiterio y que a veces también se sacan en procesión.
Respeto por la tradición es lo que se palpa en Villaveza del Agua en este mes de Noviembre, mes de Santos, y también de Difuntos, Benditas Ánimas para sus antepasados y para ellos, a las que quieren seguir recordando y venerando en el futuro con los diversos actos que organice la Cofradía.
Publicado en "La Voz de Benavente y Comarca" el día 8 de Noviembre de 2008