domingo, 8 de noviembre de 2009

DEVOCIÓN A LAS BENDITAS ÁNIMAS EN VILLAVEZA DEL AGUA


Las bollas, la cera y el vino que se ofrecen a la Ánimas Benditas

El túmulo funerario durante la misa el día de los Difuntos


Estandartes utilizados por la Cofradía de las Ánimas

La procesión se dirige al cementerio


El sacerdote rezando responsos por los difuntos

Desde el siglo X la Iglesia Católica viene celebrando las fiestas de Todos los Santos y de los Difuntos los días uno y dos de Noviembre, pero en la tradición religiosa popular se considera a este mes más como el de los Difuntos, o mejor dicho el de las Benditas Ánimas, pues, bajo este nombre fueron siempre objeto de atención y veneración.
En casi todos los pueblos existían cofradías denominadas de Ánimas, algunas muy antiguas y con importantes actos en relación con los muertos. Pero en la actualidad, con el paso del tiempo y la modernidad en la forma de sentir y vivir el hecho religioso, la atención de los ciudadanos se ha centrado más en los vivos y en sus atenciones y necesidades. De ahí que gran parte de las Asociaciones o Cofradías fuesen desapareciendo. Por eso son de admirar los vecinos de Villaveza del Agua que en 1997 decidieron recuperar su antigua Cofradía de la Benditas Ánimas, cuya existencia data de 1797 y que había llegado a su desaparición casi total.
Hablo con Aristo Donado Peña, el mayordomo de este año: “Celebramos la fiesta el Domingo siguiente al día de Todos los Santos (día 1). Para la refundación de la cofradía, aunque no disponíamos de los libros antiguos que estarán en los archivos, sí contamos con la ayuda del párroco y el testimonio directo de personas mayores que pertenecieron toda su vida a la cofradía. Y, más o menos, seguimos haciendo los mismos actos”.
El sábado anterior, víspera de la fiesta, fue el final del novenario. Después se hace una visita al cementerio. Durante los días de la novena permanece colocado en la iglesia el túmulo funerario y el sacerdote reza un responso junto a él.
Y el domingo, a partir de las nueve de la mañana comenzó el reparto y entrega de una bolla de pan y una botella de vino a cada uno de los 196 socios con que cuenta la cofradía.
A las trece horas todos los vecinos, cofrades y no cofrades, acudieron a la iglesia para asistir a la misa solemne, cantada y con sermón especial. Al llegar el ofertorio el mayordomo, que estaba colocado cerca del presbiterio, ofreció una bolla y una jarra de vino al sacerdote celebrante. Los otros cargos de la cofradía permanecieron durante la misa junto al túmulo funerario que tenía los velones encendidos. En el túmulo estaban representadas las almas de todos los fieles difuntos.
Una vez terminada la misa se dirigen en procesión hacia el cementerio. A la cruz que va en cabeza le siguen el sacerdote acompañado del cabildo de la cofradía: el mayordomo con una vara con imagen de las Ánimas y el juez y el monitor con los dos velones sobre una vara de metal. Detrás el resto de los cofrades y demás vecinos y forasteros asistentes al acto.
Al llegar al cementerio, el sacerdote reza responsos por los cofrades y por todos los enterados en dicho lugar, regresando posteriormente de nuevo a la iglesia.
Aristo me contó más cosas sobre la cofradía. Tenemos, dice, los siguientes cargos directivos: Mayordomo, juez, monitor, y últimamente hemos nombrado un suplente, por si fuese necesario .Dice que las personas y cargos elegidos en el año de la refundación fueron: Mayordomo: Sixto Valderas; Juez: José Gómez; Monitor: Prudencio Parra. Y los que han ejercido en este año 2008 han sido él, como mayordomo y Carmen Neches, Ciriaca Gutierrez e Isabel Prieto para los demás cargos.
Desde el principio hemos seguido con los mismos, que se renuevan cada año el mismo día de la celebración. El juez pasa a mayordomo, el monitor a juez y el suplente a monitor, con lo que está asegurada la dirección de la cofradía. En realidad, quien dirige, organiza los actos y administra a la cofradía es el mayordomo, contando siempre que lo necesite con los demás.
Y respecto a los socios: “Somos 195, incluidos los que han fallecido (unos 50) que también pertenecen, pues sus familiares pagan la cuota, y casi todos vivimos en el pueblo. La cuota normal es de 9 euros al año, pero los difuntos y los jóvenes menores de 16 años pagan 5 euros.
Los socios, aparte de pagar la cuota, deben de asistir (no es obligatorio) a la novena de Ánimas todos los días, pero sobre todo el sábado anterior a la fiesta, día en el que se hace la primera visita comunitaria al cementerio; y asistir también a la misa solemne y con sermón del día principal (antiguamente se pasaba lista al final) y acompañar después en la procesión al cementerio.
“Las nuevas normas que tenemos, añade Aristo, siguen en lo fundamental a los antiguos Estatutos, a juzgar por el testimonio de los mayores. Todos tenemos derecho a recibir una bolla de pan y una botella de vino. Se reparte en casa del mayordomo por la mañana del domingo, antes del comienzo de la misa. Por otra parte, cuando fallece uno, es la cofradía la que se encarga de prepararle la sepultura, corriendo con los gastos del albañil o de todo aquello que se necesite”.
También tienen establecido que, el domingo siguiente a la fiesta de las Benditas Ánimas, el nuevo mayordomo done una hemina de castañas cocidas y un cántaro de vino para todos los cofrades en su casa. El gasto de las castañas corre a su cargo y la cofradía paga el vino. Se trata de un acto de convivencia. Ocurre que a las castañas se acompaña de otros alimentos hasta convertirse en una merienda. No hay que olvidar que lo de las castañas no es de ahora, pues antiguamente también lo hacían, aunque tal vez de otra forma.
El presidente de la cofradía, ligada a la iglesia, como no podía ser menos, es el cura párroco, que se encarga de las misas, procesión, responsos, etc., por todo lo cual recibe un estipendio. También lo recibe el predicador que es contratado por la misma cofradía, tal como se hacía antiguamente.
Nos llama la atención el túmulo funerario que se conserva, desde antiguo, en la iglesia y que se utilizaba y se utiliza en estos días del novenario y de la fiesta de la Benditas Ánimas. También disponen de dos estandartes que se colocan en el presbiterio y que a veces también se sacan en procesión.
Respeto por la tradición es lo que se palpa en Villaveza del Agua en este mes de Noviembre, mes de Santos, y también de Difuntos, Benditas Ánimas para sus antepasados y para ellos, a las que quieren seguir recordando y venerando en el futuro con los diversos actos que organice la Cofradía.
Publicado en "La Voz de Benavente y Comarca" el día 8 de Noviembre de 2008