domingo, 18 de abril de 2010

Valles de Benavente. El arroyo Reguero.


Lo vamos a llamar así, pues es el nombre que figura en el topográfico y en otros mapas, aunque respetamos la tradición, existente en todo el valle, por la que le llaman el arroyo Ahogaborricos. Tradición muy antigua y que perdura todavía, según el testimonio de la Sra. Beatriz, la Sra. María y el Sr. Juan, de 95, 85 y 90 años y vecinos de San Adrián, Pobladura y Villabrázaro, respectivamente. Para ellos siempre se llamó así, y así lo llamaron siempre sus padres. Ellos no saben que todos los ríos figuran con su nombre oficial en planos y mapas y que, de ordinario, los nombres no se repiten. Lo de que se ahogaron borricos puede tratarse, no de un cuento, sino de una realidad, como también pudiera haber ocurrido con otros animales, si nos atenemos al testimonio de la Sra. Maria:
- Teníamos que llevar siempre a los animales a beber agua al río y con frecuencia, en invierno, claro está, se desbordaba, inundaba las tierras y se llevaba consigo a algunos de ellos.
Lógicamente, se llevaría más a los borricos, que desde pequeños comienzan a dar muestras de su tozudez.
El arroyo, ciertamente, en el invierno, debió causar verdaderos estragos en campos y pueblos con sus desbordamientos e inundaciones consiguientes. Por fin, la administración lo ha encauzado, cumpliendo así otra función, como es la de recoger las aguas sobrantes de los canales de riego del Páramo y de otras zonas de la provincia de León, para llevarlas al río Órbigo. Las obras realizadas en sus márgenes, al pasar por estos pueblos del valle se parecen más a las de la muralla de una fortaleza que a las que encauzarían un pequeño arroyo. Pero ha sido positivo, pues ya no habrá más desbordamientos, el agua corre y es abundante durante todo el año, está surgiendo una nueva y exuberante vegetación y ha cambiado algo la belleza y fisonomía del valle.
Porque ‘del Valle’ es el topónimo de los pueblos por los que pasa y que, ya en la provincia de Zamora y concretamente la comarca de Benavente son los siguientes: Pobladura, La Torre, Paladinos, San Román y Villabrázaro.
El arroyo, en la actualidad, ya casi convertido en río, comienza su andadura en el Norte de la Provincia de León, originándose o procediendo de dos arroyos, el Grande y el Valcabado, que se unen, no lejos de San Adrián, y forman el Reguero o Ahogaborricos.
San Adrián del Valle es el último pueblo de León, pero, lo mismo que le pasa a otros pueblos cercanos, como Alija del Infantado, sus habitantes son algo zamoranos, naturalmente por la cercanía del límite provincial y por tener también muy cerca a la ciudad de Benavente, a donde acuden con frecuencia a sus mercados y a sus fiestas y, a donde acudirían también, si Benavente dispusiera de otro tipo de infraestructuras: industriales, sanitarias o educativas, que ellos necesitasen.
San Adrián, pueblo agrícola y ganadero como los demás, tiene amplias calles y plazas, palomares y bodegas. En esto último debió destacar también, por las muchas que se ven, y más, si nos atenemos al consejo de la Sra. Beatriz:
-No deje de visitar la bodega del D. Baltasar, es muy profunda y grande y tiene cubas de madera como no las hay en ninguna otra. A él pertenecía la alcoholera, la fábrica de aguardiente, hoy convertida en ruinas.
Antigua alcoholera de San Adrián del Valles en ruinas.

Efectivamente, la alcoholera, aunque en ruinas, llama la atención a los visitantes por el tipo de construcciones que se ven desde lejos y sobre todo por su alta chimenea.
Pobladura es el primer pueblo de la comarca de Benavente por el que pasa el Reguero, aguas arriba, y el más grande, en número de habitantes, casas e infraestructuras: hay algunas fábricas y almacenes y dispone de farmacia, panadería, carnicería, cura, etc. A pesar de lo que nos dice la Sra. María:
-Aquí ya quedamos pocos. Mire, esa casa cerrada, y esa otra también. Yo vivo sola en aquella. Y duermo en casa de mi hija, que reside aquí. Pero no sé qué pasa, pues cada vez se hacen más casas, aunque se vive en otro lugar.
De sobra sabe la Sra. María que en Pobladura hay más vida que en otros lugares, y que a ello contribuyen también, aparte de otras cosas, las bodegas industriales existentes, convertidas en afamados restaurantes y que llaman la atención de los visitantes, no sólo por el tipo de construcción, sino también por la gastronomía que ofrecen.
Vista general del Valle del Arroyo Reguero desde Pobladura.
Arroyo Reguero y puente viejo de Pobladura del Valle.
Bodegas en Pobladura.

Pobladura es el mejor lugar para contemplar una panorámica del valle, desde lo alto del pueblo. A la izquierda, aguas abajo, se ve La Torre, con sus casas, espadaña, ermita y el curso del río zigzagueando. Hacia la derecha, y muy cerca del arroyo vemos a Paladinos, nombre derivado, sin duda alguna, de la palabra latina Palatium (Palacio, casa solariega, residencia de algún noble). Paladinos dispone de puente nuevo y casas antiguas. Aunque es el menos poblado de todos, sus nuevas construcciones nos indican que sus habitantes regresan de vez en cuando, aunque sea para gozar de tranquilidad unos días a la semana o unas semanas al año.
El pueblo de San Román del Valle.

Y, ya más al fondo del valle, se divisa San Román. Si nos acercamos al pueblo veremos abundantes construcciones antiguas, de buen ver, al lado de una iglesia destruida, casi del todo. Se conservan de ella los muros, a los que, por su anchura y solidez, nadie, ni el paso del tiempo podrá destruir. La Espadaña, con iguales muros y muy llamativa. No tiene explicación el que se haya construido una nueva iglesia, aunque sea funcional, que más bien parece una nave o almacén en su exterior, y precisamente al lado de la antigua. La Iglesia y el Municipio se lo tenían que haber pensado, y, con lo presupuestado, haber reconstruido y protegido, entre todos, el monumento antiguo. Y lo mismo pasa con el antiguo convento de San Francisco, a las afueras del pueblo, hoy denominado Santuario de Ntra. Sra. del Valle.
Lo que queda del antiguo convento de san Francisco en San Román del Valle.
Aquí la destrucción ha llegado o está llegando casi hasta el final, si alguien no lo remedia. Menos mal que los sepulcros de los condes de Benavente, el artesonado del presbiterio y gran parte de las imágenes y otros objetos de arte religiosos se encuentran en Astorga, Benavente o en otras iglesias cercanas. Si se restaurase sería un magnífico edificio como Santuario del Valle. En él se podían realizar actos religiosos y cualquier otro tipo de festejos y actividades, que sirviesen para reunir a los habitantes de todo el Valle.
Desde este antiguo convento también se divisa una buena panorámica. Aunque se han construido varias naves ganaderas, se ven los campos sembrados de cereales o de productos hortícolas, pues ya puede regar y disponer de agua durante todo el año. Y un poco más a lo lejos aparece Villabrázaro, el último pueblo del Valle y donde el Reguero cede sus aguas sobrantes al río Orbigo.
Puente sobre el arroyo Requero en Villabrázaro.
Las bodegas de Villabrázaro.
Casas de adobe y tapial en Villabrázaro

Villabrazaro tiene un nombre compuesto de la palabra latina Villa (Villa, casa de campo) y de la raiz, de origen germánico, Braz, procedente de Velaz, patronímico de vigilia. No nos extraña que en su origen existiese una edificación defensiva o de vigilancia y en un lugar elevado.
El arroyo pasa muy cerca del pueblo. Y, por el puente que existe, pasaba y pasan la Vía de la Plata, la Cañada La Vizana y los peregrinos a Santiago. Una amplia calle nos conduce al puente. Conserva Villabrázaro algunas casas con su antigua construcción de adobe y tapial y destaca también por el paisaje de sus bodegas, que, aunque sean particulares, están bien cuidadas.
Los amigos del Patrimonio aplauden cualquier iniciativa que se realice en torno a los arroyos o ríos, siempre que sea positiva para los ciudadanos, para los pueblos, para el paisaje y principalmente para el patrimonio.