jueves, 30 de septiembre de 2010

Veletas.


Veleta en una casa de Santa Colomba d elas Carabias.

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En una casa de campo cerca de Milles de la Polvorosa.
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Veleta bajo cruz en la torre de Milles de la Polvorosa.
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En la Espadaña de la iglesia de san Miguel del Esla.
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En Maire de Castroponce en lo alto de la Espadaña de la iglesia.
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Sobre el tejado de una casa en Maire de Casttroponce.
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Veleta sobre el pináculo del tejado en el edificio de Correos de Benavente.
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En el tejado de la antigua Casa Rodriguez, en la actualidad Ayuntamiento de Benavente.
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Veleta sobre el tejado de la Casa Donci de Benavente.
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Veleta tiene que ver con vela, pero ahora todos entendemos que se trata de una placa metálica ligera y de forma variada y variable, giratoria sobre un eje vertical, que se coloca o que está colocada en lo alto de un edificio para medir y saber la dirección del viento. Las veletas tienen que ver con la meteorología. Originariamente eran banderines y después banderas las que mostraban la dirección del viento.
La más antigua veleta documentada tal vez sea la que, en honor del dios Tritón, que en ella figuraba, adornó la Torre de los Vientos de Atenas y que fue construida en el año 48 a. C. por el astrónomo Andronicus. Tanto en Grecia como en la Roma precristiana las veletas aludían siempre a los dioses de los Vientos, como Boreas, Eolo o al mensajero de los dioses Hermes (Mercurio) y se colocaban siempre en las villas y otros edificios importantes.
Pero fue en el siglo IX cuando el Papa de la Iglesia Católica decretó que en todas las iglesias y catedrales de Europa se debía colocar un gallo en su torre o aguja, para recordar, o como recordatorio de la profecía o palabras de Jesús a San Pedro cuando le dijo. "Que el gallo no cantaría después de la cena hasta que el discípulo Pedro negara que le conocía, por tres veces" (Luc. 22-34).
Por eso las veletas con gallos se ven con frecuencia en las aguja y torres de las iglesias de Europa y después de América. Algunas son muy famosas y conocidas como el Gallo de San Isidoro de León o el de la torre de la Catedral vieja de Salamanca, etc.
De las torres de iglesias y catedrales pasaron a colocarse en otros edificios públicos o privados y de mayor o menor categoría, convirtiéndose y formando parte, como un elemento más, en la decoración de los mismos, aunque estén sobre los tejados.
Y no solamente aparecerá en ellos el gallo, sino otros muchos animales: caballos, patos, águilas, peces, palomas, etc., junto a otros motivos o escenas relacionadas con la agricultura: carros, arados y otras herramientas; o con la historia, la vida diaria e incluso con las mismas personas propietarias de los edificios en los que están instaladas: sus escudos y emblemas, logotipos, etc.
Muchas de las veletas que se conservan y se pueden ver en las torres de iglesias y ermitas o en otros edificios en los pueblos de los Valles de Benavente fueron fabricadas en las herrerías locales, por los antiguos herreros, artesanos como nadie por su trabajo y el resultado del mismo. Lo mismo que hacían cerraduras y llaves, trébedes o tenazas, etc. hacían también veletas, a su modo, y eligiendo el motivo que les parecía oportuno. Nos puede servir de ejemplo la veleta de Maire de Castroponce, colocada en la cumbre de un edificio próximo a la iglesia, que fue hecha por un herrero de la localidad hace más de 150 años. Con un motivo agrícola muy adecuado para el lugar y las gentes que lo habitan
Otra que mostramos en la fotografía es la que se encuentra en la conocida como Casa Donci de Benavente instalada cuando se construyo el edificio y que tiene como símbolo la media luna, al estilo de la vivienda.
Sobre la iglesias y ermitas son abundantes y algunas de hierro duro y forjado para aguantar oxidaciones y lo demás.
Todas o casi todas las veletas populares están hechas, como he dicho anteriormente, al estilo de la vieja herrería, sin ahorrar trabajo ni material, como solían y suelen hacer los buenos artesanos, acostumbrados a hacer las cosas para siempre y sin que tengan necesidad de mantenimiento. Usan el hierro macizo para la base de la veleta y la chapa para la silueta de la misma. En ocasiones se utilizan otros materiales más o menos costosos como el cobre y el bronce.
Las veletas están pintadas, de ordinario, de color negro, que es el que más destaca al contrastar en las alturas con el color del cielo.
Las partes de que consta una veleta son el pie de sujeción con la base y una mástil más o menos alto. Luego están la cruceta con los puntos cardenales y la silueta, que puede ser de mayor o menor altura y anchura, según el tema o motivo representado.
Algunas veletas existentes en España han adquirido fama y por ello son muy conocidas. Es el caso de las Giraldillas de Escamilla y Arbebeta en la provincia de Guadalajara y muchas otras. Sobre la primera se ha compuesto una tercerilla, para atraer al turismo, que dice:
Tres cosas tiene Escamilla
Que no las tiene otra villa
La plaza, la fuente y la Giraldilla.

Y a la segunda se le llama el Mambrú de Arbebeta porque tiene figura de Hidalgo Caballero.
También en nuestra Comunidad destacan, como he dicho, el Gallo de San Isidoro de León, con gran historia y tradición, la torre y veleta del Gallo de la catedral vieja de Salamanca, el Pero Mato de la catedral de Astorga y otras. Relacionado con este último, existe el siguiente dicho, muy usado en la ciudad: Ya se ha vuelto Pedro Mato, aplicado a alguien cuando, sin razones que lo justifiquen, cambia repentinamente de actitud en cualquier cosa.
Y es que también se aplica o se llama veleta o veletas a aquellas personas volubles, inconstantes y mudables de opinión, por cualquier cosa y en cualquier momento. Ojalá que esto no ocurra con los que nos gobiernan o administran, encargados de la atención de todos los ciudadanos.