lunes, 1 de noviembre de 2010

Cementerio de Dornillas


La ermita de san Tirso en Dornillas.

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Interior de la ermita, con el cementerio. Vista desde el altar.
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La ermita, y parte del cemementerio, desde la entrada. El altar esta separado por una verja.
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Columnas en el medio de la ermita-cementerio.
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Retablo y altar de la ermita.
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San Tirso, el patrón de la ermita y de la cofradía.
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Algunos de los muchos exvotos que se conservan en la ermita.
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Dornillas es un pequeño pueblo que se encuentra al norte de la provincia de Zamora, en la comarca de la Carballeda, a pocos kilómetros de Mombuey. Pero si es pequeño por el número de casas, algunas de ellas en ruinas, lo es mucho más por sus habitantes, pues en la actualidad solamente viven en él dos vecinos, ya mayores y jubilados. Uno de ellos es José Colino, a quien encontramos cogiendo mimbres de un tamaral a la entrada del pueblo. Le preguntamos por el cementerio y enseguida nos informa sobre él y se ofrece para enseñárnoslo:
“Sí señor, aquí tenemos un cementerio especial, pues está dentro de la ermita de san Tirso. Como este hay muy pocos en España e incluso en otros países”.
En Dornillas hay tres ermitas, la de la Vera Cruz, en el mismo pueblo, pequeña pero en buen estado, la de Santiago a las afueras y en ruinas, y la de san Tirso, recientemente restaurada en el exterior, y también en su interior, respetando en todo momento las tumbas del cementerio.
Y es que desde hace dos o más siglos existe una cofradía con san Tirso como patrón, a la que pertenecen casi todos los vecinos del pueblo, aunque, en este caso, residan fuera la mayor parte de ellos.
“Ya desde niños, me dice José Colino, se apuntan a la cofradía. Y todos los cofrades colaboran para que la ermita-cementerio esté lo mejor posible. De este modo cuando se mueran podrán ser enterrados aquí. Y esto ocurre desde hace ya muchos años, añade, al tiempo que me enseña una lápida que pone la fecha de 1833”.
Parece ser que la cofradía está bien organizada, cuenta con mayordomo, secretario y cabilderos. Y además de disponer de los documentos antiguos sobre la misma, tienen también al día los libros necesarios para llevar bien una asociación como esta. Son casi 150 socios y ellos, con su cuota y con los donativos que reciben en los días de la fiesta de san Tirso, y algunos otros, han conseguido la restauración de la ermita, que, en la actualidad, y por cesión del obispado de Astorga, pertenece a la cofradía.
El 28 de enero celebran la fiesta de san Tirso con misa y procesión alrededor de le ermita. Desde hace unos años es el último domingo del mes, para que puedan asistir todos los que residen fuera. De hecho así lo hacen e incluso esperan al día siguiente que está dedicado a sus difuntos que, en este caso, están enterrados, en la misma ermita.
José Colino se lamenta de no contar con un sacerdote que les vaya a decir la misa u otros actos en fechas especiales como el día de Todos los Santos o de los Difuntos o Ánimas Benditas. “Y mira que viene gente esos días, dice él, porque el cementerio-ermita está muy bonito, lleno de flores. Lo que hacemos es la visita con el rezo del rosario, pero nada de responsos y demás liturgia que tendría que correr a cargo de un sacerdote”.
En Dornillas se respira soledad y también abandono, pues muchas de sus casas están en ruinas. Pero las hay de nueva construcción y otras recuperadas, respetando la arquitectura tradicional en cuanto a forma y materiales. Y es que muchos de los vecinos no se olvidan de su pueblo, ni de su forma de vida, costumbres y tradiciones del pasado.
Entre los edificios conservados o restaurados está la ermita del Cristo de la Vera Cruz, y sobre todo la de san Tirso, con cementerio, a la que su cofradía seguirá cuidando y atendiendo por respeto a la tradición y para cumplir el deseo de sus antepasados, allí enterrados.