domingo, 9 de enero de 2011

Cerraduras y llaves.


Puertas con "pejo", cerradura de madera, en Ayoó de Vidriales.

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Portón de acceso a un corral con "pejo". Ayoó de Vidriales.

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Pequeñas puertas con "pejo". Ayoó de Vidriales.
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"Pejo" con decoración a base de rayas que se cruzan. Ayoó de Vidriales.
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Sobre el "pejo", una llave de madera y un candado metálico moderno.
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Señora de Ayoó manejando el "pejo" para abrir la puerta del corral de una casa.
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La señora explica el manejo correcto de la cerradura, para poder abrir la puerta.
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Cerradura y llaves de hierro hechas recientemente por el herrero Felipe, en Benavente.
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Escudo y cerradura de hierro en la puerta de una casa en Pueblica de Valverde.
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Escudo y cerradura de hierro en una puerta de Tardemezar.
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Llaves de hierro hechas por Felipe, el herrero de Benavente.
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La cerradura es un mecanismo que sirve para cerrar puertas, ventanas, cofres, arcas, cajones etc. Nos servimos para ello de una llave con la que se mueven uno o más pestillos en su interior, hasta conseguirlo.
Hay cerraduras de hierro y también de otros metales. Pero también, y sobre todo antiguamente, las había de madera, como el Pejo, que se utilizó y se sigue utilizando en algunos pueblos de los Valles de Benavente. Concretamente, en el alto valle de Vidriales, Ayoó, tiene más de 30 puertas y portones con este artilugio. Y lo mismo ocurre en otros pueblos.
En verdad, por su antigüedad y forma de utilización, se trata de verdaderas piezas de museo, pero que todavía se pueden ver y manejar “in situ”. Así me lo ha demostrado la señora, a quien en una tarde del mes de Agosto de hace unos años encontré barriendo la calle delante del portón de su propia casa. Ella, dejando la barredura, enseguida se prestó para explicarme el manejo de la llave y de la cerradura.
“Esto es muy fácil y muy seguro. Mire, se mete la llave por aquí y basta con acertar con el diente o enganche y tirar de ella para abrirla. Yo lo hago todos los días y lo he hecho toda la vida, pues no he conocido otra cerradura en esta puerta. Antes las teníamos en todas las puertas de las casas del pueblo, no sólo en las de los corrales o establos, sino incluso en la casa familiar, pero ya quedan pocas. Yo seguiré con ella porque funciona muy bien”.
Efectivamente, veo que la cerradura no falla. No dudo de que se sintiesen protegidos. Cada llave tiene su dentado y varía la forma de abrir y cerrar. Las puertas y portones en las que están instaladas son tan antiguas como las mismas cerraduras.
Eran precisamente los antiguos oficios artesanos de carpintero y de herrero los que se dedicaban a la confección, siempre de forma artesanal, de estas cerraduras y de las llaves. Oficios ligados fundamentalmente a la vida doméstica, y necesarios para atender y abastecer a los ciudadanos de aquellas piezas, objetos y útiles para la vida diaria
El carpintero popular hacía puertas para las casas, portones para entrar con los carros y los ganados, ventanas, mesas, sillas, etc. y también, cómo no, cerraduras de madera de todos los tamaños, y llaves para ellas. El herrero, por su parte, a base de golpes y remaches, hacía en su fragua tenazas, badiles, trébedes, etc. y por supuesto cerraduras de gran calidad, a veces de gran tamaño, con sus llaves respectivas. De hierro tenemos también ejemplos en portones, en puertas de bodegas, de iglesias y ermitas, etc. e incluso de las propias casas en donde habitan. Todas ellas de confección manual y artesana, y de gran antigüedad
Al desaparecer estos oficios de carpintero, herrero y cerrajero, las fábricas e industrias madereras y de metales fabricaron y fabrican variedad y abundancia de cerraduras, candados y cerrojos de todos los tamaños y materiales. Pero de momento podemos admirar los pejos que todavía se mantienen “in situ” en Ayoó de Vidriales y la gran variedad de cerraduras de hierro que se ven en otros muchos pueblos de los Valles de Benavente.