sábado, 29 de enero de 2011

Las Candelas


Feria de Las Candelas en Benavente en la década de 1930.

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Antigua foto de la Feria de las Candelas en Benavente. Año 1927.

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Virgen de Las Candelas en la iglesia de Quintanilla de Urz.
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Procesión con candelas. Iglesia de El Carmen de Renueva ,de Benavente. Año 2007.
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Mujeres el día de Las Candelas en la iglesia de santa María del Azogue de Benavente.
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Reunión en la Plaza Mayor de Benavente de los miembros de la Asociación 'Las Candelas'.
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Pasando por una de las calles de Benavente el día de la fiesta.
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Degustación de pulpo en los soportales de la Plaza Mayor de Benavente.
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Comida en uno de los restaurantes de la ciudad de Benavente.
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La charanga 'Viejas Glorias' de Benavente tocando al finalizar la comida. Año 2007.
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Las mujeres de la Asociación bailan al son de la música de la charanga.
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Algunas mujeres lucieron sus mejores trajes.
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Parte posterior de uno de los trajes.
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Candelas, Candelaria o Candelero, son los nombres con los que se conoce al día 2 de Febrero, día en el que la Iglesia Católica celebra la Purificación de la Virgen y al mismo tiempo la Presentación de Jesús en el templo, transcurridos ya los 40 días después de haber nacido y para cumplir con la antigua ley: Así que se cumplieron los días de la purificación conforme a la Ley de Moisés, le llevaron a Jerusalén para presentarle al Señor..., (Lucas 2, 22-24).
El nombre de este mes, como el de todos los demás del año, surge y se usa ya en la época romana, (los romanos era un pueblo práctico, creyente y supersticioso como ninguno), y tenía que ver y estaba consagrado al dios Februo, identificado en época tardía con Plutón. En este día se purificaba a la ciudad aplacando a los muertos con sacrificios y ofrendas, se velaban y cubrían los sepulcros con luces encendidas y se practicaban otras ceremonias. Las fiestas en su honor se denominaban Februa o Februalia (Purificaciones).
A partir de siglo V, se sustituyó la fiesta pagana por otra adaptada a la vida cristiana, siempre dentro de los ritos y liturgias relacionados con la purificación y así se mantiene en muchos lugares, sobre todo en aquellos pueblos o ciudades en los que se venera a la Virgen bajo la advocación de Ntra. Sra. de las Candelas o de la Luz, máxime si cuentan con ermita. En estos se celebra gran fiesta y no faltan las candelas, ni los bollos, panes, rosquillas o tartas, que se ofrecen a la Virgen, ni la misa, más o menos solemne, seguida o precedida de procesión con candelas, ni mujeres ataviadas con trajes regionales o locales, ni bailes o danzas con acompañamiento de dulzaina y tamboril.
Desde entonces este es un mes de candelas y purificaciones. La candela es luz y la luz es símbolo de fe y, además, de purificación, lo mismo que el fuego o el agua. Por eso, en este día, se encienden velas, se bendicen velas, se hacen procesiones con velas y hasta se regalan velas, dependiendo del lugar y del tipo de fiesta que se celebre.
Antiguamente era frecuente ver a la puerta de la iglesia a mujeres con su niño recién nacido y con una vela en la mano esperando a que llegase el sacerdote, revestido con roquete y estola, para que recibiese a ambos, les diese la bendición y los admitiese o acompañase dentro de la iglesia. Se conocía el acto como salir a misa las madres, después del nacimiento de su hijo, y constituía un símbolo más de purificación después del parto. Se podía hacer en este día o en cualquier otro domingo o festivo, siempre que hubiesen transcurrido, más o menos, los 40 días que marcaba la tradición.
Pero la fiesta candelaria ha desaparecido en gran parte de los pueblos, aunque en algunos, como en Quiruelas de Vidriales, Colinas de Transmonte, Benavente (en la parroquia de El Carmen, etc., se celebra el rito de la bendición de la cera. Mujeres con velas o candelas acuden a la iglesia en este día y el sacerdote las bendice a ellas y a las velas que portan, que se encenderán en los domicilios en momentos especiales a lo largo del año). Pero en Benavente la fiesta se está recuperando. Hace ya tres años que Sara Berdugo de la Cal y algunas otras mujeres, orientadas por el historiador y encargado del Archivo Municipal D. Juan Carlos de la Mata Guerra, fundaron la Asociación La Candelas. Sabían muy bien que la ciudad era famosa por sus ferias y que una de las más importantes era la que se celebraba en este día. Al Ferial de Benavente, hoy amplia Avenida, acudían muchos comarcanos y no comarcanos. Vendedores, compradores, tratantes y demás ciudadanos ocupaban el lugar y se dejaban ver por las demás calles de la ciudad.
Por la mañana se acudía a la misa con los vestidos y trajes más elegantes y llamativos, y no faltaba el paseo y la visita a la Feria.
Era una fiesta ganadera, pero también, en cierto sentido, femenina, por el protagonismo de las mujeres, portadoras de candelas y luces en la iglesia durante las celebraciones religiosas. Además ya existía una cofradía en aquellos años, en los que esta Feria tuvo tanta importancia. Las Candelas en Benavente eran como el preludio de la fiesta de las Águedas que se celebraba el día 5 de este mismo mes en otras localidades.
Esto es lo que han conseguido quienes se propusieron recuperar la fiesta. La Asociación cuenta ya con más 80 socios y socias, y cada año, el día de la celebración, que suele ser el último domingo del mes de Enero, se reúnen más de 200 personas. A Benavente acuden representantes de 12 asociaciones, principalmente femeninas, de pueblos de la comarca: Quintanilla de Urz, Santa Colomba de las Monjas, Manganeses, Santa Cristina y Arcos de la Polvorosa, Villanazar, Santa Marta y Calzadilla de Tera, Colinas y Vecilla de Transmonte, Coomonte de la Vega y Burganes de Valverde. Todos ataviados con trajes regionales o populares que, con su variedad y elegancia, llenan de colorido a las calles y plazas de la ciudad.
A partir de las 11 de la mañana los distintos grupos se van acercando a la Plaza Mayor, el lugar de la concentración y, tras la degustación de pastas acompañadas de vino dulce, se dirigen a la iglesia de Santa María o de san Juan para asistir a la misa. Al arte y belleza de los retablos e imágenes de la iglesia acompañan en este día por el colorido, las formas y dibujos de los trajes, los mantones, capas y joyas de las mujeres Candelas. En la homilía no falta la explicación de los orígenes cristianos de la celebración y del significado de la vela y su luz en los distintos momentos de la liturgia y de la vida cristiana.
Después de la misa las calles de Benavente se llenan de nuevo de música de dulzaina y tamboril, y de colores de trajes y bordados. A la una de la tarde tiene lugar el pregón que, durante varios años, ha corrido a cargo de D Juan Carlos de la Mata, quien hace repaso, al tiempo que resalta, "la importancia que en la historia de Benavente y su comarca tuvieron siempre las mujeres, a pesar de haber vivido durante siglos apartadas de la esfera pública y relegadas en su mayoría a la vida doméstica".
La Plaza Mayor vuelve a ser escenario de música, baile y colorido, ahora con aperitivo de pulpo incluido, hasta que llega la hora de la comida. Aquí se deja ver, más que en ningún otro momento, el sentido de la fiesta, que no otro debe ser que el de la convivencia entre todos los asistentes, en este caso, de Benavente y de los doce pueblos de la comarca, citados anteriormente. Además de degustar los platos, se dialoga, se canta y hasta se baila, porque no todos los días se celebra la fiesta de Las Candelas.
Está visto y comprobado que con la unión y la participación se realizan muchas cosas y se contribuye a la solución de algunos problemas y necesidades.
Esto es lo que pretendían Sara y demás colaboradores, al recuperar esta celebración. Y lo han conseguido gracias a todos los que han participado en ella. Ojalá que sigan haciéndolo en el futuro, pues estarán apoyando a la cultura y a la tradición, que tanto gusta, y que puede ser o constituir un aliciente y atractivo en la vida de muchos pueblos.