sábado, 2 de julio de 2011

"Amistad", la charanga de Quiruelas de Vidriales.

La charanga actuando en Quiruelas el día de la Asunción. Año 2008.
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Tocando en Santibáñez de Tera el día de san Juan y la Sacramental.
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En Mozar de Valverde cuando la procesión sale de la iglesia el día de la Magdalena.
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Por las calles de Villanazar en la fiesta dedicada a san Antonio de Padua.
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En Brime de Urz delante de la procesión que se dirige hacia la ermita el día de san Esteban.
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Por las calles de Mozar tocando el día de la Magdalena.
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Pedro junto al bombo que toca en la charnaga "Amistad".
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Pedro toca el bombo cuando se adjudican roscas en la subasta del ramo a la Asunción en Quiruelas de Vidriales.
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Entre los grupos musicales o conjuntos que se dedican a recorrer, tocar y cantar en ciudades y pueblos de la geografía española tenemos que incluir también a las que popularmente se conoce como charangas (para algunos orquestas populares) que, formadas por pocas personas, y con sólo instrumentos de metal y viento, acompañados del bombo y del tamboril o caja, y a veces platillos, contribuyen en gran medida a dar un tono alegre y festivo a las fiestas populares.
La Charanga (txaranga en vasco) está formada de ordinario por muy pocos músicos y, aunque pueden actuar en diversos momentos y lugares, su característica principal es que, en general, mientras tocan, van andando casi siempre por las calles, sea en procesiones, fiestas de toros, carnavales, cabalgatas etc. Y su objetivo principal es animar los diferentes actos festivos que se celebren.
Antiguamente, y también hoy aunque menos, muchas charangas estaban formadas por músicos aficionados, de la zona en la que tocaban, y su música era callejera, bulliciosa y repetitiva. En la actualidad en muchos lugares son músicos más estables y algunos incluso con bastante preparación. Interpretan fundamentalmente canciones populares e incluso éxitos musicales a su modo y con ayuda de los instrumentos que utilicen.
En los Valles de Benavente actúan varias charangas desde hace ya muchos años a juzgar por sus miembros, que son, en general, personas mayores. Precisamente por eso lo sienten y viven más intensamente. Y son grandes defensores de las tradiciones.
Hoy voy a referirme a la que hay en Quiruelas de Vidriales, que se denomina Amistad. Bonito nombre han elegido para el grupo, pues no otra cosa pretenden ellos al actuar que alegrar un poco la vida y contribuir a que vecinos del pueblo y forasteros, que les acompañan, se diviertan y lo pasen bien durante los días de fiesta, que deben ser días de convivencia y amistad entre todos.
Se creó hace 12 años y a lo largo de este tiempo ha habido cambios en sus componentes, pues algunos han fallecido y otros lo han dejado por motivos diversos. En la actualidad forman parte de ella: Pedro Blanco Cidón que toca el bombo; Eugenio, su hermano, el saxo tenor; Ignacio, el saxo alto y Felipe, la caja o tamboril.
Todos son de Quiruelas, y trabajan o han trabajado en el pueblo. Eugenio en la construcción; Felipe e Ignacio, que ya están jubilados, fueron labradores; y Pedro es talador de árboles, y me dice que está más fuera que en el pueblo, aunque viene todos los fines de semana a su casa. Ahora anda por Cantalejo (Segovia) y alrededores.
Precisamente fue Pedro quien me contó todo esto. Lo vi el día de la Asunción, por la tarde, después de la procesión, en la subasta de las roscas del ramo. Me llamó la atención el que cada rosca adjudicada contaba con el sonido de un redoble de tambor. Por cierto que lo hacía muy bien. Y es que el tocar el bombo para él es una gran satisfacción, quiere al instrumento como si de algo íntimo se tratase. De hecho no lo deja de su mano, ni por la calle ni en el bar. Observo que se acercan niños y mayores, lo saludan y no se van sin tocar su bombo.
“Yo estoy en la Charanga desde su comienzo. Sustituí a un señor del pueblo que falleció. Pero antes estuve 20 años en la Copapeola, una pequeña orquesta que había entonces aquí. Desde muy joven estoy metido en la música”.
Me dice también que de joven iba a estudiar música a Benavente en bicicleta, después, incluso, de haber estado entresacando remolacha toda la tarde. En otros sólo la práctica y sus cualidades y dotes musicales han sido suficientes para formar parte y tocar en la charanga.
Podemos afirmar que Amistad es la charanga de Vidriales, pues actúan en casi todos los pueblos del Valle, aunque también lo hacen en algunos del Tera como Camarzana, Santa Marta, Sitrama, etc. Y actúan a veces, no en una sino en dos o más ocasiones en algunos sitios, con motivo de las fiestas patronales, romerías, ramos, etc. También acuden a algunas localidades, por Nochevieja al baile del cotillón, por Reyes a tocar en la cabalgata, en los desfiles de Carnaval, etc.
Lo mismo que ocurre con las orquestas, bandas o grupos, de más componentes y más notoriedad, que se dedican al mundo del espectáculo, en las charangas: “tenemos también nuestros representantes, dice Pedro, que se encargan de hacer los contratos. Después nos llaman para concertar los días y horas de actuación. Otras veces son los ayuntamientos, cofradías, asociaciones, peñas, etc. quienes hablan directamente con nosotros”.
Y sobre las retribuciones todo depende de los días y horas en que toquemos. De todas formas, antiguamente era muy poco lo que se cobraba. En la actualidad no menos de 50 euros por actuación. Para los mayores es una pequeña aportación a su pensión de jubilación. Los que no están jubilados tienen su trabajo del cual viven, pero, al ser los fines de semana cuando se celebran casi todas las fiestas, pueden acudir también y tocar. La retribución es un pequeño complemento a su salario mensual.
Su principal actuación se centra en las fiestas populares. Acompañan, tocando, a las autoridades cuando asisten a los diversos actos religiosos, como la misa, en la que todavía se escucha el himno nacional en el momento o después de la Consagración. Y en la procesión van detrás de la Cruz tocando siempre himnos o cánticos populares religiosos, muy conocidos por todos los presentes en el acto, que suelen cantar al ritmo de la música. Tocan en bodas, banquetes o comuniones. Y es que para algunos y en algunos lugares la tradición manda. Prefieren disfrutar con la charanga y no con otro tipo de música, aunque sea más moderna.
También les contratan para bailes y algunas veces tocan desde un templete. Pero ellos se sienten más a gusto a pie de calle, pues así su música y sus canciones están más cerca de sus paisanos y tienen más sabor tradicional. En donde no hay baile de charanga no dejan de tocar algunos pasodobles, u otros ritmos, en la Plaza, o a la misma puerta de la iglesia, una vez terminados los actos religiosos. Y la gente se divierte y disfruta bailando un rato. Hacen también pasacalles, alboradas, etc. para anunciar su llegada e informar a todos de que el pueblo está de fiesta.
Aunque pueden actuar durante todo el año, principalmente lo hacen en el verano, y sobre todo en el mes de agosto, que es cuando más fiestas se celebran. A veces se trasladan o cambian de fecha, para contar con más asistencia de vecinos y forasteros.
Cuando alguno del grupo les falla o no puede asistir, por enfermedad u otro motivo, suelen buscar a alguien que le sustituya. Y acuden a otras charangas o a alguien que sepa tocar el instrumento, sea joven o de edad avanzada. A este respecto ven necesario que jóvenes del pueblo, aficionados a la música, vayan aprendiendo para que Amistad no desaparezca.
“Concretamente yo tengo un primo, al que le gusta mucho la música, dice Pedro, y me sustituye tocando el tambor, cuando no puedo estar presente. Y lo hace tan bien o mejor que yo”.
Aunque son aficionados, ya que no han vivido ni viven de ello, se lo toman muy en serio y disfrutan también cuando ven a los demás que se divierten. Su deseo es que la charanga siga adelante con su música sencilla, alegre, popular y tradicional, contribuir a la convivencia entre todos, y seguir haciendo amigos, pues para eso un día decidieron que se llamase Amistad.
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(Reportaje publicado el 5 de Julio de 2009 en el desaparecido semanario La Voz de Benavente y Comarca)