sábado, 29 de enero de 2011

Las Candelas


Feria de Las Candelas en Benavente en la década de 1930.

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Antigua foto de la Feria de las Candelas en Benavente. Año 1927.

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Virgen de Las Candelas en la iglesia de Quintanilla de Urz.
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Procesión con candelas. Iglesia de El Carmen de Renueva ,de Benavente. Año 2007.
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Mujeres el día de Las Candelas en la iglesia de santa María del Azogue de Benavente.
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Reunión en la Plaza Mayor de Benavente de los miembros de la Asociación 'Las Candelas'.
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Pasando por una de las calles de Benavente el día de la fiesta.
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Degustación de pulpo en los soportales de la Plaza Mayor de Benavente.
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Comida en uno de los restaurantes de la ciudad de Benavente.
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La charanga 'Viejas Glorias' de Benavente tocando al finalizar la comida. Año 2007.
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Las mujeres de la Asociación bailan al son de la música de la charanga.
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Algunas mujeres lucieron sus mejores trajes.
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Parte posterior de uno de los trajes.
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Candelas, Candelaria o Candelero, son los nombres con los que se conoce al día 2 de Febrero, día en el que la Iglesia Católica celebra la Purificación de la Virgen y al mismo tiempo la Presentación de Jesús en el templo, transcurridos ya los 40 días después de haber nacido y para cumplir con la antigua ley: Así que se cumplieron los días de la purificación conforme a la Ley de Moisés, le llevaron a Jerusalén para presentarle al Señor..., (Lucas 2, 22-24).
El nombre de este mes, como el de todos los demás del año, surge y se usa ya en la época romana, (los romanos era un pueblo práctico, creyente y supersticioso como ninguno), y tenía que ver y estaba consagrado al dios Februo, identificado en época tardía con Plutón. En este día se purificaba a la ciudad aplacando a los muertos con sacrificios y ofrendas, se velaban y cubrían los sepulcros con luces encendidas y se practicaban otras ceremonias. Las fiestas en su honor se denominaban Februa o Februalia (Purificaciones).
A partir de siglo V, se sustituyó la fiesta pagana por otra adaptada a la vida cristiana, siempre dentro de los ritos y liturgias relacionados con la purificación y así se mantiene en muchos lugares, sobre todo en aquellos pueblos o ciudades en los que se venera a la Virgen bajo la advocación de Ntra. Sra. de las Candelas o de la Luz, máxime si cuentan con ermita. En estos se celebra gran fiesta y no faltan las candelas, ni los bollos, panes, rosquillas o tartas, que se ofrecen a la Virgen, ni la misa, más o menos solemne, seguida o precedida de procesión con candelas, ni mujeres ataviadas con trajes regionales o locales, ni bailes o danzas con acompañamiento de dulzaina y tamboril.
Desde entonces este es un mes de candelas y purificaciones. La candela es luz y la luz es símbolo de fe y, además, de purificación, lo mismo que el fuego o el agua. Por eso, en este día, se encienden velas, se bendicen velas, se hacen procesiones con velas y hasta se regalan velas, dependiendo del lugar y del tipo de fiesta que se celebre.
Antiguamente era frecuente ver a la puerta de la iglesia a mujeres con su niño recién nacido y con una vela en la mano esperando a que llegase el sacerdote, revestido con roquete y estola, para que recibiese a ambos, les diese la bendición y los admitiese o acompañase dentro de la iglesia. Se conocía el acto como salir a misa las madres, después del nacimiento de su hijo, y constituía un símbolo más de purificación después del parto. Se podía hacer en este día o en cualquier otro domingo o festivo, siempre que hubiesen transcurrido, más o menos, los 40 días que marcaba la tradición.
Pero la fiesta candelaria ha desaparecido en gran parte de los pueblos, aunque en algunos, como en Quiruelas de Vidriales, Colinas de Transmonte, Benavente (en la parroquia de El Carmen, etc., se celebra el rito de la bendición de la cera. Mujeres con velas o candelas acuden a la iglesia en este día y el sacerdote las bendice a ellas y a las velas que portan, que se encenderán en los domicilios en momentos especiales a lo largo del año). Pero en Benavente la fiesta se está recuperando. Hace ya tres años que Sara Berdugo de la Cal y algunas otras mujeres, orientadas por el historiador y encargado del Archivo Municipal D. Juan Carlos de la Mata Guerra, fundaron la Asociación La Candelas. Sabían muy bien que la ciudad era famosa por sus ferias y que una de las más importantes era la que se celebraba en este día. Al Ferial de Benavente, hoy amplia Avenida, acudían muchos comarcanos y no comarcanos. Vendedores, compradores, tratantes y demás ciudadanos ocupaban el lugar y se dejaban ver por las demás calles de la ciudad.
Por la mañana se acudía a la misa con los vestidos y trajes más elegantes y llamativos, y no faltaba el paseo y la visita a la Feria.
Era una fiesta ganadera, pero también, en cierto sentido, femenina, por el protagonismo de las mujeres, portadoras de candelas y luces en la iglesia durante las celebraciones religiosas. Además ya existía una cofradía en aquellos años, en los que esta Feria tuvo tanta importancia. Las Candelas en Benavente eran como el preludio de la fiesta de las Águedas que se celebraba el día 5 de este mismo mes en otras localidades.
Esto es lo que han conseguido quienes se propusieron recuperar la fiesta. La Asociación cuenta ya con más 80 socios y socias, y cada año, el día de la celebración, que suele ser el último domingo del mes de Enero, se reúnen más de 200 personas. A Benavente acuden representantes de 12 asociaciones, principalmente femeninas, de pueblos de la comarca: Quintanilla de Urz, Santa Colomba de las Monjas, Manganeses, Santa Cristina y Arcos de la Polvorosa, Villanazar, Santa Marta y Calzadilla de Tera, Colinas y Vecilla de Transmonte, Coomonte de la Vega y Burganes de Valverde. Todos ataviados con trajes regionales o populares que, con su variedad y elegancia, llenan de colorido a las calles y plazas de la ciudad.
A partir de las 11 de la mañana los distintos grupos se van acercando a la Plaza Mayor, el lugar de la concentración y, tras la degustación de pastas acompañadas de vino dulce, se dirigen a la iglesia de Santa María o de san Juan para asistir a la misa. Al arte y belleza de los retablos e imágenes de la iglesia acompañan en este día por el colorido, las formas y dibujos de los trajes, los mantones, capas y joyas de las mujeres Candelas. En la homilía no falta la explicación de los orígenes cristianos de la celebración y del significado de la vela y su luz en los distintos momentos de la liturgia y de la vida cristiana.
Después de la misa las calles de Benavente se llenan de nuevo de música de dulzaina y tamboril, y de colores de trajes y bordados. A la una de la tarde tiene lugar el pregón que, durante varios años, ha corrido a cargo de D Juan Carlos de la Mata, quien hace repaso, al tiempo que resalta, "la importancia que en la historia de Benavente y su comarca tuvieron siempre las mujeres, a pesar de haber vivido durante siglos apartadas de la esfera pública y relegadas en su mayoría a la vida doméstica".
La Plaza Mayor vuelve a ser escenario de música, baile y colorido, ahora con aperitivo de pulpo incluido, hasta que llega la hora de la comida. Aquí se deja ver, más que en ningún otro momento, el sentido de la fiesta, que no otro debe ser que el de la convivencia entre todos los asistentes, en este caso, de Benavente y de los doce pueblos de la comarca, citados anteriormente. Además de degustar los platos, se dialoga, se canta y hasta se baila, porque no todos los días se celebra la fiesta de Las Candelas.
Está visto y comprobado que con la unión y la participación se realizan muchas cosas y se contribuye a la solución de algunos problemas y necesidades.
Esto es lo que pretendían Sara y demás colaboradores, al recuperar esta celebración. Y lo han conseguido gracias a todos los que han participado en ella. Ojalá que sigan haciéndolo en el futuro, pues estarán apoyando a la cultura y a la tradición, que tanto gusta, y que puede ser o constituir un aliciente y atractivo en la vida de muchos pueblos.

lunes, 24 de enero de 2011

Enero. Refranes de santos y santas.



"Por los Reyes, los días y el frío crecen".
Tímpano de la Epifanía. Iglesia de san Juan del Mercado de Benavente (Zamora).

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"San Julián, guarda vino y guarda pan".
Imagen del santo, (patrón de Mozar de Valverde), en el retablo de la iglesia.

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"Después de san Antón, ninguna niebla llega a las dos".
Imagen del santo en la iglesia de san Juanico el Nuevo.

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"Por san Antón, las gallinas ponen huevos a montón".
Imagen en la iglesia de san Cristobal de Entreviñas. Tiene un libro en sus manos con la leyenda "San Antón, ora pro nobis".
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"De los santos frioleros san Sebastián es el primero; detente, varón, que el primero es san Antón".
Iglesia de santa María de Azogue de Benavente.
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"Por san Sebastián, un pasito de galán".
Imagen del santo en la iglesia de Villaferrueña.
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"El día de san Vicente, el frío rompe el diente".
Imagen de san Vicente, patrón de Manganeses de la Polvorosa, en el retablo de su iglesia.
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"San Pablo se convierte y un año entero advierte".
Imagen de san Pablo. Retablo de santa María del Azogue de Benavente.
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Iniciado ya el invierno, este mes de enero se caracteriza por los fríos, heladas y nieves, todavía en abundancia por estas tierras, a pesar del cambio climático que también se nota en los fenómenos atmosféricos citados. No son tan fuertes ni duraderas las heladas, y no tan grandes y abundantes las nevadas como antiguamente, si nos atenemos al testimonio de las personas mayores que vivieron el pasado.
Los refranes nos informan sobre el tiempo, gastronomía, agricultura, fiestas, etc. Y lo hacen a través de sus santos más populares: Epifanía o Reyes (6), san Raimundo (7), san Julián (9), san Antón (17), san Vicente (22), san Sebastián (20), san Eulogio (21) y la conversión de san Pablo (25), entre otros.
A destacar, san Antón, uno de los más importantes y conocidos en este mes, que se celebra en numerosas localidades de ésta y las demás provincias. De ahí también la gran cantidad de refranes en torno a su nombre, sus atributos y el tiempo de su fiesta. En segundo lugar tenemos que colocar a san Vicente, que también fue y sigue siendo santo de mucha devoción en algunos pueblos. Y todos los demás, ya citados, que también cuentan con algunos refranes.
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Después de la Epifanía, todo ruin fuera de la villa
El día de la Epifanía se ven las estrellas al medio día.
Por los Reyes conocen la noche los bueyes, y por san Sebastián, una hora más, lo conoce el gañán.
Por los Reyes, los días y el frío crecen.
Por los Reyes conocen el día hasta los bueyes.
Por los Reyes, lo conocen los bueyes, por san Sebastián, lo conoce el gañán.
¿Qué es la Epifanía? Tres reyes en la mano
(en el juego de naipes).
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San Raimundo trae la golondrina del otro mundo.
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Las ventas de san Julián, ricas de putas y pobres de pan.
Por San Julián, si lo ves, creció el día un sí es, no es; por san Antonio (17), lleva un paso del demonio; por san Blas (3 de Febrero) tiene una hora más; y tira hasta san Matías (24 de Febrero) que empareja la noche con el día.
San Julián, guarda vino y guarda pan.
San Julián, de buena estrena, buena comida y
mejor cena.
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Después de san Antón, ninguna niebla llega a las dos.
De los santicos de Enero, san Ildefonso (día 23) es el primero; detente varón que el primero es san Antón.
Desde san Antón, Carnestolendas son.
En llegando san Antón, ninguna niebla llega a las dos.
En llegando a san Antón, la niebla no llega a la postura del sol.
En llegando san Antón, a la espalda el perdigón.
Ganado que el lobo ha de llevar, ni San Antón lo sabría guardar.
Hasta san Antón, Pascuas son.
Las cinco dan ya con sol, el día de san Antón.
Las mozas de poco seso, por san Antón empiezan el antruejo, y las de ninguno, el día de ayuno.
Por san Antón, alarga el día un paso de ratón; por san Blas (3 de Febrero), una hora y más.
Por san Antón, cada perdiz con su perdigón.
Por san Antón toda ave pon y por la Candelaria (2 de febrero) la buena y la mala.
Por san Antón la gallina pon.
Por san Antón, gallinita pon.
Por san Antón, huevos a montón.
Por san Antón las gallinas ponen huevos a montón.
Por san Antón la buena pita pon.
Por san Antón, la gallina pon y si no, retortijón.
Por san Antón la pita pon; la del rico, que la del pobre no.
Por san Antón, la buena gallina pon, y si es muy buena, por Nochebuena.
Por san Antón la gallina pon; por Nochebuena la que es buena; por la Candelaria la buena y la mala.
Por san Antón, la gallina pon; por San Blas (3 de Febrero), más y más.
Por san Antón, huevos a montón.
Por san Antón, pone hasta el capón.
Por san Antón, pares son (las perdices).
Por san Antón cada ánsara pon, la que come, que la que non, non.
Por san Antón, heladura; por San Lorenzo (10 de Agosto), calura.
Por san Antonio, hace un frío del demonio.
Por san Antón nublado y por San Juan (24 de Junio) despejado.
Por san Antón, cada uno en su rincón.
Por san Antón, a las cinco hay sol.
Por San Antón, cunde el día una patita de pichón.
Por san Antón a las cinco hay sol; en Valencia que no en Aragón.
Por san Antón de enero, camina una más el trajinero.
Por san Antonio de enero, la mitad del pajar y la mitad del granero.
Por san Antón busca la perdiz el perdigón.
Por san Antón, cuelga tu perdigón y si no quiere cantar, cuélgalo por san Sebastián.
Por san Antón, media hora más de sol.
San Antón gorrinero, de los santos el primero.
San Antón claro, invierno largo; y si está oscuro, más seguro.
San Antón, frío y tristón, mete a las muchachas en un rincón; luego, en seguida llega san Sebastián, mozo y galán, que las saca a pasear.
San Antón, viejo y meón, mete a las viejas en el rincón.
San Antón, barre las nieblas a un rincón.
San Antón claro, invierno largo; y si está oscuro, más seguro.
San Antón, viejo y tristón convida a las muchachas a la oración; San Sebastián, mozo y militar, las saca a pasear.
Si sale con barbas san Antón y si no la Purísima Concepción.
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De los santos frioleros San Sebastián es el primero; detente varón, que el primero es San Antón.
El veinte de Enero san Sebastián el primero; detente varón que primero es san Antón (17); detente bruto que primero es san Canuto (19); detente, detente que primero es san Clemente (22).
Por san Sebastián conoce los días el gañán; y antes, por los Reyes , los bueyes.
Por san Sebastián, un pasito de galán.
San Sebastián, mocito y galán, saca las niñas a pasear.
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Por san Eulogio (21 de enero), las castañas al fuego, la leña al hogar y las ovejas a encerrar.
Entre san Eulogio y san Martino se coge la piña al pino.
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El día de san Vicente, el frío rompe el diente.
Por san Vicente el invierno pierde un diente, (cliente).
Por san Vicente, todo el agua es simiente.
Por san Vicente, tonto quien siembre.
Por san Vicente, alza la mano de simiente.
Por san Vicente, castañetean los dientes.
Por san Vicente, ya el sol baña las torrentes.
Por san Vicente, el sol entra por las torrenteras.
San Vicente, helada o corriente.
San Vicente, hora corriente.
Si el día de san Vicente hace claro, buena vieja, ensancha el jarro.
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Por san Pablo el invierno vuelve atrás o alarga el paso.
San Pablo se convierte y un año entero advierte.

viernes, 21 de enero de 2011

Restauración de las pinturas de la bóveda del crucero en la iglesia de santa María del Azogue de Benavente.



Nervios y clave del tramo central del crucero.

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Varios nervios de la bóveda ya restaurados.
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Clave central y nervios que parten de ella.
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Detalle de una esquina de la bóveda norte.
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Detalles de las molduras de nervios ya restaurados.
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Restauradora en su trabajo, en el ángulo de una de las bóvedas.
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Nervios y clave de una bóveda lateral sin restaurar.
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Desde hace varios meses se están llevando a cabo obras de restauración de las pinturas existentes en las bóvedas del crucero en la iglesia de santa María del Azogue de Benavente. El resto de las pinturas de la cabecera y el crucero fueron reparadas con anterioridad.
El trabajo solamente afecta a los nervios de la bóveda que son los que están pintados.
La iglesia de santa María del Azogue se construyó en distintas etapas desde los siglos XIII al XVIII. Concretamente las bóvedas corresponden al siglo XIII.
La pintura es meramente decorativa y predominan los temas geométricos y vegetales. Y respecto a los colores el negro, verde y rojo, entre otros.
En dos de las claves pueden verse sendas flores de seis pétalos. En el tramo central la clave se decora con la escena, en relieve, de la Coronación de la Virgen:
“La Virgen ya ha sido coronada y recibe la bendición de Cristo con las manos juntas. Ambos aparecen sentados de perfil, aunque Cristo vuelve la cabeza. La representación de Cristo es la propia de la ‘Maiestas Domini’, en la que no falta el libro en su mano izquierda”. (Hidalgo Muñoz, E. “La Iglesia de Santa María del Azogue de Benavente”).
A juzgar por las diversas capas existentes, parece ser que las pinturas ya habían sido restauradas en otras ocasiones a lo largo de los siglos.

lunes, 17 de enero de 2011

El cerdo de san Antón en La Bañeza



Iglesia de santa María, en la Plaza Mayor de La Bañeza.

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Charanga que acompañaba a los cofrades y al cerdo por las calles.
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Un cofrade vendiendo papeletas para la rifa del Cerdo de san Antón.
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Pasean al cerdo por el pueblo sobre un remolque adornado con globos y banderas.
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Una de las papeletas utilizadas en la rifa.
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El día 15, al pasar por la Bañeza, me acerqué a la Plaza Mayor y me di cuenta de que había mucha gente por dicho lugar. En seguida me enteré de que, como era sábado, se celebraba el mercado semanal, al que acuden de toda la comarca. Por cierto que estaba muy animado, además de bien organizado, pues se instalan los puestos en una o varias calles que son anchas y muy céntricas.
Pero además, cerca del mercado, me llamó la atención una charanga popular formada por dos dulzainas, tamboril y bombo, que no dejaba de tocar canciones tradicionales. Detrás de la charanga un remolque en el que había un cerdo de gran tamaño.
Al preguntar de qué se trataba, en seguida me contaron que era el cerdo de san Antón y que miembros de la cofradía del santo estaban vendiendo rifas para subastarlo al día siguiente, la víspera de su fiesta.
Y es que en La Bañeza, un pueblo muy animado y que sabe dar colorido y celebrar bien sus fiestas, también dedican unos días a san Antón. Hoy, día 15, tocaba vender rifas, al día siguiente la bendición de animales a la salida de la misa en la iglesia de santa María, y la subasta del cerdo. Y el día 17, festividad del santo, asisten los miembros de la cofradía a una misa y procesión en la iglesia de san Mamés, en donde se encuentra la imagen. Terminada la misa, cofrades y asistentes, como en años anteriores, y en animada convivencia, degustan chorizo, pan, vino y pastas.
Antes de la comida, la dirección de la cofradía ha realizado el traspaso de poderes, nombrando el juez que se encargará de la organización de los diversos actos a lo largo del año y hasta el 17 de enero del 2012.
La cofradía de san Antón de La Bañeza tiene más de dos siglos de existencia y, según me contaron, son muchos los que forman parte de la misma. Y muchos los que colaboran en los diversos actos, como he comprobado en la venta de papeletas o rifas del cerdo, al que pasean por las calles del pueblo, al son de dulzainas, bombo y tamboril.

viernes, 14 de enero de 2011

Refranes a san Antón en Cerecinos de Campos.


Misa en la iglesia de san Juan de Cerecinos de Campos el día de san Antón. Año 2010.

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Imagen de san Antón en la iglesia de san Juan, del barrio de abajo.
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Imagen de san Antón en la iglesia de santa Marta, del barrio de arriba.
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Los quintos y quintas del 2010, entrantes y salientes, sobre burros y caballos, en la plaza de la iglesia de san Juan, antes de comenzar la misa.
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Los quintos sobre los burros y caballos esperando la bendición de los animales.
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Bendición de los animales presentes el día de san Antón, a las puertas de la iglesia de san Juan.
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Los quintos entrantes sobre los burros leyendo los refranes del año 2010.
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Los quintos salientes, sobre los caballos, también leen los refranes.
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El día 16 de enero, del pasado año 2010, víspera de san Antón, me acerqué a Cerecinos, un pueblo que pertenece a la demarcación judicial de Villalpando, aunque está tan sólo a 18 kilómetros de Benavente, ciudad a la que acuden muchos vecinos con frecuencia y en la que algunos viven o trabajan. Cerecinos, no es ni tiene el topónimo del Tera, ni de Vidriales, ni de Valverde etc., sino el de Campos, pues está ya al sur de los ríos Esla y Cea que son la línea divisoria.
Además parece ser que este topónimo le llegó ya casi entrado el siglo XX, pues antiguamente, en el siglo XVII, se denominaba Cerecinos de los Barrios (tiene dos, el de arriba y el de abajo) y poco después Cerecinos de la Orden, tal vez por pertenecer una de sus dos iglesias, concretamente la de abajo, a la Orden de San Juan de Jerusalén.
Pero no es este el momento ni el espacio para hablar de su historia, que es mucha, ni de sus dos iglesias, con bellas imágenes, antiguas cofradías e importantes fiestas, sino de ver cómo se celebraba, en la actualidad, la fiesta de san Antón y concretamente cómo se conserva la tradición del cántico de los refranes a cargo los quintos y quintas.
A las trece horas se celebró la misa en honor del santo, fue el sábado, día 16, y no el domingo 17, que es su día, para facilitar la asistencia a los que viven fuera. Este cambio suele hacerse en casi todos los pueblos. Tuvo lugar en la iglesia de san Juan, del barrio de abajo. El celebrante estaba acompañado de otro sacerdote. Sobre una mesa, y muy cerca del presbiterio, se encontraba la imagen de San Antón con su cerdito a los pies.
En la homilía se habló de este santo nacido en Egipto, allá por el siglo III, que pasó gran parte de su vida como anacoreta y al servicio de los demás, sobre todo de los enfermos y de los pobres y necesitados. Sus discípulos y seguidores, los Antonianos u Hospitalarios, ya en Europa, a donde trasladaron su cuerpo una vez fallecido, hicieron lo mismo, pero ahora a través de congregaciones, asociaciones, cofradías y la creación de hospitales. Muchas personas colaboraban alimentando cerdos, a los que, como distintivo, colocaban una campanilla en el cuello. De la carne de este animal se servían para dar de comer a pobres y necesitados.
A san Antón se le representa siempre con hábito talar, báculo de Abad en su mano y el cerdo a sus pies. Pero también aparece a veces rodeado de otros muchos animales. Se le considera su patrón y protector. Pero también es el sanador de las enfermedades y llagas de las personas. Eran muchas las que acudían a los hospitales, que se abrieron bajo su advocación, para buscar curación. Y son muchos los que siguen acudiendo también a sus ermitas e iglesias a venerar su imagen y ofrecerle dones en la creencia de que sus peticiones se hagan realidad.
El sacerdote recuerda y pide a san Antón por los jóvenes, en especial por los quintos y quintas de este año, que están en este momento de su vida. Antiguamente era la mayoría de edad y suponía el separarse de su familia, para hacer el servicio militar o comenzar a trabajar en otro lugar de residencia. Y tampoco se olvida de los animales, que hoy van a recibir la bendición del santo, sobre todo los ganados, que tanto servicio han prestado en los trabajos agrícolas, y también domésticos, aunque ahora sean o sirvan más de acompañamiento u otras tareas.
Al hacer las peticiones no se olvidan tampoco de ellos y de sus refranes, de los animales que les acompañan, de los vecinos y forasteros presentes, y también de aquellos que por algún motivo no han podido acudir a la fiesta.
Una vez terminada la misa y en la plaza de la iglesia, el sacerdote, revestido con capa blanca de fiesta, hisopo en mano, y con toda solemnidad, tras rezar unas oraciones, bendice a los burros y caballos allí presentes, sobre cuyos lomos se encuentran los quintos y las quintas, dispuestos a recitar en este caso los refranes que han preparado y que hacen referencia a hechos, acontecimientos o sucesos o más o menos jocosos ocurridos en el pueblo, o a algunos de ellos, durante el año.
Primero lo hacen los nuevos o entrantes, nada menos que siete, sobre burros, y a continuación lo hacen los veteranos o salientes, sobre los caballos. Parece ser que desde hace muchos años la tradición es así. No faltan frases, o dichos y expresiones, que causan admiración y producen risa a los asistentes al acto.
Los refranes de san Antón son esperados cada año con agrado. Y es que hasta algunos de los presentes en el acto pueden ser protagonistas. Pero a nadie le parece mal. Además ellos lo advierten al comienzo y lo repiten al final
Los entrantes colocados ya a la puerta de la iglesia de san Juan, y rodeados de numeroso público, comienzan así:
“¡Oh, glorioso san Antón, aquí estamos los entrantes, para poderte contar lo que en la bodega llegamos a preparar….Y antes de nada nos queremos disculpar, si a alguien llegamos a molestar”.
En sus refranes recogen los hechos o sucesos que ellos han vivido durante este año de quintos entrantes y que tienen que ver con los siguientes asuntos:
“Raul contra el coche de Mas; Quema del puente; Quema del pie de Diego; Esther con la minimoto y Quintos”...
Concluyen cada relato con una moraleja, una conclusión, en positivo, que es como la enseñanza que se ha sacar del hecho acontecido. Por ejemplo una dice: “Si de fiesta quieres salir, Raúl no ha de conducir”, o esta otra “Si de Cerecinos quieres huir, puente y niños no has de unir”…
Intervienen todos con el debido orden, y la mayoría de los versos que recitan están en escritos como pareados, y de rima fácil.
Al finalizar la actuación dicen: “Este año esperamos les haya agradado, ya que con mucha ilusión los hemos preparado, y esperamos también no haberles faltado. Nos despedimos de Ustedes con estos burros to’ elegantes, hasta el año que viene, con los caballos despotricantes. Vivan los entrantes y Viva san Antón”.
A continuación los salientes, sobre sus caballos, hacen lo mismo, y aunque su saludo inicial sea parecido no lo son los refranes, pues se fijan en otros asuntos o acontecimientos ocurridos también en el pueblo, a ellos o a alguno de los vecinos: como “el del ciclista Vivillo y sus andanzas”, que nos imaginamos como serían con tan sólo leer la moraleja: Si un gran ciclista quieres ser, menos cervezas has de beber; otro refrán es el que titulan “Accidentes”, recordando tres de los ocurridos en el año pasado, el de Tinico, el del alcalde con Clemente el de la grúa, y el de Saturnino. Ninguno de ellos tiene desperdicio y menos todavía la moraleja: Si el coche no quieres estropear, alcohol, comida y caza no debes juntar; Recitan algunos más como: “Operarios del Ayuntamiento, Pajarolas”, etc. Y terminan con uno, muy de san Antón como todo lo que suena al cerdo, animal con el que siempre se le representa al santo. Lo titulan “Medardo”, y en él cuentan lo que le ocurrió a este vecino por san Martín, cuando estaba matando el cerdo. Por utilizar una mala soga y no bien colocada ocurrió que: El marrano por el corral empezó a galopar, y en el huerto se puso a revolcar…Concluyen el refrán con la siguiente moraleja: Si encierro con el marrano, no quieres presenciar, una buena soga debes utilizar.

Después, todos juntos, sobre los animales, se dirigen por las calles del pueblo hacia la iglesia de santa Marta, en el barrio de arriba, y a su puerta vuelven a recitar los refranes. Es costumbre que se haga así, pues no se olvidan de que en Cerecinos hay dos iglesias y dos barrios. Y lo que se hace en el pueblo debe ser conocido y vivido por todos sus vecinos, los de arriba y los de abajo.
En el pueblo la devoción al santo y la tradición en torno a ella está asegurada. Es una fiesta a la que suelen acudir casi todos los vecinos que residen fuera por motivos de trabajo u otras razones. Acuden con sus hijos, y mucho más si alguno de ellos es quinto y tiene que participar en los diversos actos. Así está establecido. Es el mejor lugar y momento para recordar y celebrar la mayoría de edad.
Por la tarde de este mismo día corren las cintas sobre los mismos burros y caballos. Es otro momento más de las fiestas de quintos en el día de san Antón.

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Publiqué este reportaje en La Voz de Benavente y Comarca el día 7 de febrero de 2010.
La fiesta, con los refranes a san Antón, sigue celebrándose en Cerecinos, un pueblo al noroeste de la provincia de Zamora, en la comarca de Villalpando y no lejos de Benavente.








domingo, 9 de enero de 2011

Cerraduras y llaves.


Puertas con "pejo", cerradura de madera, en Ayoó de Vidriales.

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Portón de acceso a un corral con "pejo". Ayoó de Vidriales.

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Pequeñas puertas con "pejo". Ayoó de Vidriales.
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"Pejo" con decoración a base de rayas que se cruzan. Ayoó de Vidriales.
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Sobre el "pejo", una llave de madera y un candado metálico moderno.
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Señora de Ayoó manejando el "pejo" para abrir la puerta del corral de una casa.
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La señora explica el manejo correcto de la cerradura, para poder abrir la puerta.
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Cerradura y llaves de hierro hechas recientemente por el herrero Felipe, en Benavente.
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Escudo y cerradura de hierro en la puerta de una casa en Pueblica de Valverde.
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Escudo y cerradura de hierro en una puerta de Tardemezar.
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Llaves de hierro hechas por Felipe, el herrero de Benavente.
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La cerradura es un mecanismo que sirve para cerrar puertas, ventanas, cofres, arcas, cajones etc. Nos servimos para ello de una llave con la que se mueven uno o más pestillos en su interior, hasta conseguirlo.
Hay cerraduras de hierro y también de otros metales. Pero también, y sobre todo antiguamente, las había de madera, como el Pejo, que se utilizó y se sigue utilizando en algunos pueblos de los Valles de Benavente. Concretamente, en el alto valle de Vidriales, Ayoó, tiene más de 30 puertas y portones con este artilugio. Y lo mismo ocurre en otros pueblos.
En verdad, por su antigüedad y forma de utilización, se trata de verdaderas piezas de museo, pero que todavía se pueden ver y manejar “in situ”. Así me lo ha demostrado la señora, a quien en una tarde del mes de Agosto de hace unos años encontré barriendo la calle delante del portón de su propia casa. Ella, dejando la barredura, enseguida se prestó para explicarme el manejo de la llave y de la cerradura.
“Esto es muy fácil y muy seguro. Mire, se mete la llave por aquí y basta con acertar con el diente o enganche y tirar de ella para abrirla. Yo lo hago todos los días y lo he hecho toda la vida, pues no he conocido otra cerradura en esta puerta. Antes las teníamos en todas las puertas de las casas del pueblo, no sólo en las de los corrales o establos, sino incluso en la casa familiar, pero ya quedan pocas. Yo seguiré con ella porque funciona muy bien”.
Efectivamente, veo que la cerradura no falla. No dudo de que se sintiesen protegidos. Cada llave tiene su dentado y varía la forma de abrir y cerrar. Las puertas y portones en las que están instaladas son tan antiguas como las mismas cerraduras.
Eran precisamente los antiguos oficios artesanos de carpintero y de herrero los que se dedicaban a la confección, siempre de forma artesanal, de estas cerraduras y de las llaves. Oficios ligados fundamentalmente a la vida doméstica, y necesarios para atender y abastecer a los ciudadanos de aquellas piezas, objetos y útiles para la vida diaria
El carpintero popular hacía puertas para las casas, portones para entrar con los carros y los ganados, ventanas, mesas, sillas, etc. y también, cómo no, cerraduras de madera de todos los tamaños, y llaves para ellas. El herrero, por su parte, a base de golpes y remaches, hacía en su fragua tenazas, badiles, trébedes, etc. y por supuesto cerraduras de gran calidad, a veces de gran tamaño, con sus llaves respectivas. De hierro tenemos también ejemplos en portones, en puertas de bodegas, de iglesias y ermitas, etc. e incluso de las propias casas en donde habitan. Todas ellas de confección manual y artesana, y de gran antigüedad
Al desaparecer estos oficios de carpintero, herrero y cerrajero, las fábricas e industrias madereras y de metales fabricaron y fabrican variedad y abundancia de cerraduras, candados y cerrojos de todos los tamaños y materiales. Pero de momento podemos admirar los pejos que todavía se mantienen “in situ” en Ayoó de Vidriales y la gran variedad de cerraduras de hierro que se ven en otros muchos pueblos de los Valles de Benavente.