lunes, 6 de agosto de 2012

Ferias y mercados en Benavente.


                                                   
   Benavente, primero villa y después ciudad, ha sido desde siempre importante nudo de comunicaciones, pero también ha destacado a  lo largo de la historia y en la actualidad por sus ferias y mercados. Ambas palabras se complementan y son muy familiares para los habitantes de toda la comarca, que saben muy bien los días en que se celebran, para acudir a la ciudad, unos a vender, otros a comprar y todos a celebrarlo. Ocurre que tales fechas se han llegado a convertir o considerar  como días festivos.
 Haciendo una breve referencia a la historia sobre este tema, podemos decir que, ya en el siglo XIII, concretamente en el año 1254, en uno de los Privilegios Reales de la Villa de Benavente, conservado en el Archivo Municipal, nos encontramos con que el rey Alfonso X otorga al concejo de Benavente “el derecho de hacer una feria anual de quince días, tres semanas después de la Pascua de Resurrección, dando garantías  a todos los que quiera acudir a ella”.
   En los siglos siguientes XV – XVII hay constantes referencias a las ferias y mercados. Las ordenanzas municipales se encargan de regular, a su modo, no sólo las fechas de celebración de dichas ferias y mercados, sino también los productos u objetos que se han de vender y comprar,  así como los lugares destinados a ello. No faltan,  sino que abundan, las  prohibiciones.
   D. José Ledo del Pozo que vivió y murió en el siglo XVIII, en su “Historia de la Nobilísima Villa de Benavente” nos recuerda que “la villa gozaba de mercados grandes o ferias los días de Reyes, San Antonio Abad, la Purificación de Nuestra Señora, Ascensión y Corpus y de aquí adelante  todos los Jueves del año hasta San Miguel, en los que, haciéndose un franco comercio para la utilidad de los pueblos de toda la comarca, se vende el ganado vacuno, lanar, mular, asnal y caballar, y así mismo los paños, lienzos, estameñas, zapatos, vidriado, sogas, quesos, pescados salados y frescos, escabeches, trigo, cebada, centeno y todo género de legumbres...”    



Feriantes y ganado en El Ferial, junto a los muros del antiguo convento. Año 1927.
Camiones y camionetas con animales para la Feria, en El Ferial.

 Ya en el siglo XIX, concretamente en el año 1845 D. Pascual Madoz en su “Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus Posesiones de Ultramar”, sobre este tema, dice que en Benavente  todos los años se celebraban tres ferias: la primera da principio el día de la purificación de Ntra. Sra., y dura tres días: se reduce a ganado vacuno... La segunda da principio el día de la Ascensión del Señor y concluye al cuarto día: a este concurren ganados lanar, caballar, mular y bueyal; muchos y bien surtidos comercios de paños de todas clases, telas finas, quincalla y lujosas platerías... La tercera y última empieza el día del Corpus y sigue los mismos días que la anterior, con el mismo surtido y aún mayor, repitiéndose todos los jueves con solo ganado vacuno, hasta el mes de Octubre, en cuyos días se celebra un mercado muy concurrido y surtido de todo género de comestibles, paños, telas, etc.”.  

Vacas y toros en un día de feria en la Plaza de los Bueyes, después del Grano.
Mercado general en la Plaza del Grano: animales, cereales, etc.
Mercado de los jueves en la actualidad...
...en la plaza del Grano.
Un rincón de la plaza con los los animales, y antiguos edificios.
Toda la plaza se llenaba de ganado el día de la Feria.
Tratantes junto al ganado, durante la feria.
                                                                             
  Después de este breve repaso a la historia para mostrar su antigüedad e importancia,  tenemos que decir que también durante la primera mitad del siglo XX la ciudad siguió destacando por sus ferias y mercados, manteniendo esta tradición en lo posible, incluso dando realce a alguna de ellas. Solamente la industrialización y mecanización del campo y la consiguiente desaparición de la ganadería ha hecho que las  ferias tradicionales de ganado vacuno, caballar, mular o asnal, se hayan  convertido en ferias de maquinaria agrícola y el ganado tenga menos protagonismo. 


En la Plaza de la Madera también se celebraron ferias de ganados, mular y porcino.
Y en los días de mercado se vendían frutas y verduras.
Puestos de melones y sandías.
Puestos de venta y antiguos edificios un día de mercado Plaza de la Madera.
También había mercado en la Plaza de Santa María, en torno a su iglesia.

  No obstante, aunque los ganados no se puedan recuperar, sí se puede renovar la tradición o folclore que giraba en torno a algunas de esas ferias,  como ocurre, en la actualidad, con la recientemente creada Asociación Cultural Las Candelas, en recuerdo de la citada feria. Se celebran varios actos folclóricos y tradicionales, muy del agrado de los amigos del Patrimonio.
 Aunque las grandes y famosas ferias han desaparecido no ha ocurrido así con los mercados de los Jueves, que siguen celebrándose y su importancia no disminuye. Los jueves de Benavente, en la actualidad, siguen siendo una fiesta para sus habitantes y para los de los Valles. Hay vida en la ciudad, animación, movimiento. Es una demostración evidente de la unión que debe existir entre todos los pueblos que componen la comarca de los Valles. En ellos se compra y se vende de todo, aunque cada cosa en su sitio o mejor dicho, en su calle o plaza.  A este respecto tenemos que decir que así era antiguamente y así lo podemos ver con el nuevo callejero aprobado, hace unos años, por la Corporación Municipal y que nos servirá para recordar y conocer un poco más la historia de la ciudad. El nuevo callejero tiene un sabor más tradicional, muy del agrado de todos los amigos del Patrimonio. Con los nuevos nombres podremos conocer qué se vendía o compraba en tal o cual plaza o calle, o lo que se fabricaba en alguna pequeña industria existente en ella.
Los nombres nos van a recordar el pasado de la villa y nos van a informar y hacer que sepamos un poco más de la historia local. No sólo algunos edificios, monumentos, restos arqueológicos, obras de arte etc. deben conservarse y mantenerse, sino también el léxico, los nombres antiguos, pues las palabras tienen un gran significado, son como la esencia de las cosas, sirven para enseñar. Todo ello pertenece a nuestro patrimonio.

La Plaza Mayor fue también siempre lugar para el mercado, como se ve en esta imagende la década de 1970.

Imagen antigua de la Plaza Mayor un día de mercado.
Feria del Pimiento celebrada en el año 2007.
Mertcado medieval en Agosto de 2012.
Mercado medieval. Agosto 2012.

 Y es un hecho evidente que todos los habitantes de esta ciudad y muchos también de la comarca conocen mejor, e incluso recordarán, El Ferial o la Plaza del Grano o de los Bueyes, de las Gallinas, de los Cerdos. Y también dónde se encontraba la Plaza de las Alubias o de las Verduras. Y hablando de calles y plazas, relacionados con los productos comercializados en ellas, con industrias artesanales o pequeñas fábricas allí instaladas, recordarán con agrado la Plaza de la Madera o de la Leña o  las calles de los Carros, de las Guindas o de la Paloma,  y estas otras relacionadas con oficios, como Aguadores, Tejares, Lagares  etc. Vemos cómo el campo y sus productos agrarios o ganaderos adornan y enriquecen el léxico de una ciudad que vivió siempre de y para sus mercados y ferias, relacionadas con la agricultura, la ganadería y la artesanía.
 Todo esto contribuye a que conozcamos mejor el pasado de la ciudad y que, conociéndolo, lo valoremos y trabajemos más y mejor por el futuro, que es lo que desean los amigos del Patrimonio.