miércoles, 24 de abril de 2013

Benavente. Imágenes del pasado: Paseos de la Mota.



En primer término Mota vieja. Más arriba arboleda y jardines Mota nueva.

Así se denomina, de forma general, a todo el paseo que se encuentra en el lugar que ocupaba el antiguo castillo-fortaleza-palacio. Y así lo han considerado siempre los vecinos de la ciudad y también los visitantes y forasteros que han pasado por este lugar.
Algunos, más conocedores, concretan un poco más y añaden ‘mota alta’ refiriéndose a esta parte más elevada, y mota baja a la que se encuentra, a la derecha, bajando desde el parador hacia la calle de los Carros. También establecen una diferencia entre  ‘mota nueva’ y ‘mota vieja’, siendo ésta la que se encuentra junto a la conocida como Casa Solita, hoy Centro Cultural “Soledad González”.
Los paseos de la Mota tal vez sean el lugar más frecuentado por los vecinos de Benavente y el más visitado, sin duda alguna, por los turistas y forasteros. Y no precisamente por su arte y arquitectura, pues tan solo se mantiene en pie, el torreón del  antiguo castillo, que se ha incorporado al parador de turismo, construido al lado. El atractivo de este lugar está motivado  por su situación estratégica, en el cerro más elevado, lugar en el cual, o cerca del cual, pues no lejos se encuentra el yacimiento de la Sinoga,  tuvo sus orígenes la ciudad de Benavente. Vistas panorámicas y bellos  paisajes se contemplan desde la Mota.
Desde la desaparición del castillo, destruido, en gran parte, a finales del año 1808 y principios de 1809 durante las operaciones bélicas que tuvieron lugar en Benavente entre el ejército inglés y el francés  en la Guerra de la Independencia, este lugar pasó por numerosos avatares hasta convertirse en el parque y los jardines de que se dispone en la actualidad.
Cuando lo que quedaba del castillo se puso a la venta por sus dueños, los duques de Osuna, pasó a manos privadas y fue después de algunos años cuando lo adquirió el Ayuntamiento, “con la finalidad de realizar importantes mejoras, entre ellas ensanchar los jardines  de La Mota”. Pero también para la extracción de piedra de la fortaleza y emplearla en las obras municipales.
A principios del siglo XX ya solamente quedaba como resto de la antigua fortaleza la torre del Caracol, que se restauraría y sería declarada monumento nacional en el año 1931. Y fue en el año 1967 cuando se aprobó la construcción del Parador de Turismo, previa cesión de los terrenos por parte del Ayuntamiento al respectivo Ministerio.

Ruinas del Castillo-fortaleza. A la derecha árboles del futuro paseo.

Torreón del Castillo rodeado de vegetación y jardines.



Imagen de 1960 con los jardines y el torreón, único resto del Castillo.
















Tarjeta postal que muestra cómo se encontraba la  Rosaleda.
Imagen de cuando en la Rosaleda existía una fuente.
Los restos de piedra y tierra de todas las ruinas se extendieron por toda la Mota nueva y vieja. Ocupaban todo el espacio, y entre ellos surgía la vegetación a su aire.  Parece ser que fue en la década de 1920 cuando se llevó a cabo la explanación de todo el conjunto y se construyeron también  los jardines, que causaron admiración, por su belleza, a lo que contribuía el lugar en el que se encontraban. Por todo ello la Corporación Municipal en al año 1928 acordó la incoación de expediente para obtener del Ministerio de Fomento la concesión del título de “sitio de interés nacional”, para el Parque Ramón y Cajal, que era el nombre que tenía en aquel momento, aunque popularmente siempre fue La Mota.
En los Paseos de la Mota no todo el espacio son jardines. Desde hace tiempo, como podemos ver, una parte de los mismos, con menos arboleda, está acondicionada y más preparada para pasear, al tiempo que desde ella se puede contemplar el paisaje amplio y extenso de las vegas de los ríos Órbigo y Esla y de los cauces, canales y caños que de ellos parten. Y  cerca de ellos numerosos árboles, en su mayor parte chopos, que junto las tierras de regadío en las que se cultivan productos variados: trigo, remolacha, maíz, etc., llenan de verdor todo el paisaje.

Un grupo de personas paseando por los Paseos de la Mota.

En esta época ya se denominaba a este lugar Paseo de Ramón y Cajal.
Siempre hubo árboles en una parte del paseo...
Y fue un espacio muy concurrido...y visitado
...Por los niños y por las personas mayores.
Foto actual en época de primavera y verano.
Y así se encuentra actualmante en el invierno.

En una parte del espacio predominan los árboles, algunos centenarios.
Y hay un moderno kiosko, cerca del lugar en el que hubo uno más antiguo.
Es en la parte más cercana al parador donde predominan los jardines con muchos y variados tipos de flores, pero sobre todos rosales, de ahí que a este lugar concreto de los jardines, algunos  lo denominen la Rosaleda.

Los jardines hace años....

Y los jardines en la actualidad.

Hay otro espacio o lugar en  La Mota, que se conoce como el Paseo de los Jubilados por ser  personas mayores quienes más lo frecuentan buscando el sol y abrigo de los arboles, durante las mañanas del largo invierno  y la sombra y frescor en los meses del verano sobre todo por las tardes. Es la parte de los jardines que está orientada hacia el noreste. Desde ella se contempla una  parte de la ciudad, aunque muros y rejas ahora lo impidan más que en el pasado.
 Por las imágenes antiguas que mostramos se comprueba que son muchos los cambios y momentos por los que ha pasado este lugar, y los jardines que lo ocupan, desde hace ya tiempo.  Parece ser que siempre se ha tenido como lugar de paseo, relajación y descanso para vecinos y forasteros y es de esperar que lo siga siendo por mucho tiempo, a pesar de los contratiempos que puedan surgir en algunos momentos del vivir diario.