jueves, 7 de noviembre de 2013

Sargas para el Día de los Difuntos -1



El pasado día 2 de este mes de noviembre, en el que la Iglesia Católica celebra festividad de los Difuntos, me acerqué al Santuario de Ntra. Sra. del Campo, en Rosinos de Vidriales, para ver unas sargas, de lino, pintadas, con temas relacionados con la muerte, el Purgatorio y también la Gloria o el Paraiso. Allí me esperaba Joaquín Pérez Turrado, quien, no sin contar con el permiso del sacerdote D. Miguel, se encargó de enseñarme dichas pinturas y explicarme sobre ellas algo de lo que ya había publicado en su blog: eltijoaquin.blogspot.com.
Me parece oportuno dar a conocer, de nuevo, dichas pinturas, en este mes de Noviembre, considerado por algunos como mes de Difuntos o de Ánimas, aparte de otras atribuciones.
Las pinturas tienen bastante antigüedad, y nos acercan a unos momentos del pasado en el que las vivencias religiosas eran muy distintas, como lo era la catequesis, o la forma de hacerles llegar a los cristianos dicha información. Ocurría que, cuando se acercaba los días de la Semana Santa, o en esta ocasión, de los Santos y Difuntos, lo mismo que por Navidad o Reyes, u otras fiestas importantes del calendario, se escenificaban o representaban, o se pintaban y decoraban espacios con temas relacionados con dichas fiestas, para que la simple contemplación de las escenas sirviese de instrucción religiosa. Y en cada época se ha hecho de forma distinta.
Las pinturas del Santuario de Rosinos de Vidriales tendrían esa finalidad y tal vez se expusiesen, colgando las sargas sobre paredes, o sobre alguno de los retablos de la iglesia, los primeros días del mes de noviembre, días centrados principalmente en el culto a los difuntos, con visitas a los cementerios y el recuerdo de los muertos. Incluso pudieran seguir expuestas durante todo este mes, conocido y denominado, antiguamente, como mes de Ánimas o Difuntos. Parecida costumbre tenía lugar por la Semana Santa, al colocar el Monumento, y ocultar retablos y altares, para que toda la atención se centrase en el Santísimo, precisamente en el mismo día y momento en que se recuerda la Santa Cena y la institución de la Eucaristía. También el viernes Santo se cubrían con telas las imágenes de vírgenes y santos de las iglesias, para que solamente se venerase y adorase a la Cruz, después de la celebración de los oficios y  en recuerdo de  muerte de Cristo.
1.-En las pinturas de Rosinos destacan las escenas sobe la muerte. En una de ellas podemos ver lo siguiente:
Un sacerdote con bonete, y el crucifijo en su mano, atiende a una mujer moribunda. Todos los personajes que aparecen tienen a su lado o cerca de ellos a un demonio, incluso la señora que está en la cama enferma o a punto de morir. Los hay también en forma de monstruos que causan gran pavor.
En la parte de abajo, a la derecha, hay una especie de cofre o caja fuerte, tal vez con cosas valiosas, y dos sacos con dinero rodeados de serpientes.  
Moribunda en la cama. Sobre su cabeza un demonio. Sacerdote y ángel a su lado.
La moribunda mira hacia su arca-cofre y bolsas de dinero o bienes. (F.J).
Demonios como monstuos, a los pies de su cama (Foto Joaquín)
Retrato de la moribuda en manos de un demonio. (Foto Joaquín)
Son curiosos los textos en forma de versos. Uno de ellos dice:
Una vez has de morir - Si esta la yerras, advierte -Que será eterna tu muerte
Esta visto y se comprueba que al moribundo le quedan dos opciones: Si sigue con los placeres del mundo y de la carne  le esperan las llamas del Purgatorio, que vemos en la parte izquierda, y si se arrepiente, ahí, en lo la parte de arriba del cuadro, está Cristo resucitado, con su Cruz en la mano, que le llevará consigo.  

Imagen más cerca del sacerdote, el ángel y un demonio. (Foto Joaquín)
Imagen de Cristo resucitado que se ve en la parte de arriba de la sarga.
Hay además unos textos al lado del cofre o arca que dicen:
Ay de ti logrero – Ay de ti ladrón – Dios blande el acero – De su indignación.
Eternos ardores allí les esperan, -ni mil confesiones suficientes fueron….
Está claro que la persona que muere debe optar por la usura (cofre y arca con riqueza), el juego (se ven cartas a la izquierda de la imagen) o el sexo, como parece indicar el cuadro que tiene en sus manos un demonio, con el retrato de la moribunda. U optar por lo que le dice el sacerdote con el crucifijo en su mano y que le asiste en su última hora. El sacerdote intentará que renuncie y abandone todo lo malo, para poder ir al Cielo como Cristo resucitado. Por su parte los diablos intentarán también arrastrarla siempre consigo.
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2.- Esta otra sarga, aunque distinta a la anterior, presenta el mismo tema de la muerte: La moribunda yace en la cama con el crucifijo en su mano, muy cerca hay un rosario. A su lado el sacerdote, con estola y bonete, que le señala con el dedo, tal vez, al monstruo que se ve abajo a la izquierda. Les rodean varios ángeles, uno de ellos es San Miguel, encargado de pesar a las almas con la balanza que lleva en sus manos. En la parte superior entre nubes se ven también varios angelitos.

Moribunda sobre el lecho. Al lado sacerdote, ángelesy santos.
Uno de los ángeles es San Miguel, con la balanza para pesar las almas.
Monstruo o bestia que se ve en la parte de abajo, a la izquierda. (F.J.)
Imagen más cercana de la escena. (Foto Joaquín)
El sacerdote estaría dándole a la moribunda las últimas recomendaciones para su alma, que un ángel cercano llevaría al Paraíso, lugar al que estaría señalando con su mano. El otro ángel con espada, que hay a la izquierda, como que estuviese apuntando hacia el monstruo o la bestia que se encuentra enfrente.
El texto o inscripción que hay sobre el lecho o cama dice así:
Los trabajos de los buenos- Su padecer y sufrir- Se acaban con el morir.
Es curioso y llamativo ver también cómo las camas en las que se encuentran las moribundas, mujeres en los dos casos, son distintas, lo que nos deja ver, o entrever, que su situación socila social es también distinta. En la sarga o primera pintura  la cama tiene dosel y una colcha, o cubrecama, más elegante y a su lado un cofre o arca, es de imaginar que cargado de joyas o bienes de otro tipo. Se trataría de una señora rica. En la segunda, la cama sin embargo es más sencilla, parece ser una simple mesa o banco alargado, y ni la almohada ni la colcha destacan. Sin duda alguna es menos vistosa y sin lujo alguno. Sería una persona con menos posibilidades económicas. Y, aunque la muerte llega a todos por igual, y a todos se les presenta la misma opción, ocurre como que al pobre le afectase más por su situación y forma de vivir. 

Cama elegante y co dosel.
Cama sencilla y humilde. (F. J)