martes, 24 de junio de 2014

Benavente: Calle del Matadero.



Es calle céntrica y muy conocida por motivos diversos. Debe su nombre a que no lejos de ella se encontraba el antiguo matadero o, como dicen los mayores,  el matadero viejo.
Junto a casas, las más antiguas construidas con adobe y tapial, había algunas de ladrillo, como en otras calles de la ciudad. En la actualidad han desaparecido casi todas, al construirse nuevos edificios y estar la calle casi toda ella modificada desde el punto de vista de su urbanismo.

Vista desde la calle de los Herreros.
A la derecha solar de una casa destruida hace poco tiempo.
Se conservan algunas casas de ladrillo con balcones y rejas en ventanas.
Vista dede la calle de San Antón.
La calle es peatonal en la actualidad.
Calle muy nombrada, pues es la primera por la que pasa el toro enmaromado,  o el torito del alba,  una vez que salen del toril en el día de la fiesta.  De que siempre pasó por esta calle hay constancia por las muchas fotografías que de ello se conservan, y algunas con bastante antigüedad, como podemos comprobar en las siguientes, algunas de las cuales figuran en el libro editado recientemente por el C. E. B. Ledo del Pozo).
Así estaba la calle en la década de 1980.
El torito del alba pasando por la calle. Fotografía año 1991 (E. P. Mencía)
Había antiguamente algunas casas de tapial.
Y casi todas las viviendas tenían una misma altura.
Se accede a ella desde las calles de San Antón y de los Herreros, que se están, más o menos, paralelas  ella. Y la distancia entre ambas es corta, de ahí que sea calle muy frecuentada como de paso para otros lugares.
Al ser una calle céntrica, y no lejos de la plaza Mayor, siempre hubo en ella algunas tiendas de alimentación, carnicerías o pescaderías, así como de fontanería, cuyos dueños famosos y conocidos fontaneros, contaban con abundante clientela en todo el barrio. Eran los fontaneros Vicente y Gallego, hoy jubilados, pero que siempre ejercieron su oficio en este lugar.

Casa de ladrillo que aún se conserva.
Puerta y pared de una casa ya destruida.
Cuando llegaban las fiestas del Toro Enmaromado la calle se adornaba con banderitas y en algunos balcones se veía la bandera local o la de España. Y el miércoles, antes de salir el toro, se llenaba de gente paseando por ella, o asomando a las ventanas, para ver bien su carrera.
Me cuentan que en la calle se colocaba colgando un muñeco, que se bajaba y subía al pasar el toro y que, a veces, este lo embestía, a pesar de ir velozmente, pues es el comienzo de la carrera. 

Muñeco que se colgaba en la calle al paso del toro. Foto: J. L. Huerga.
Al ser estrecha y corta se producían con frecuencia aglomeraciones en la carrera del toro y también algún percance o cogida, como vemos en la siguiente  imagen.

Cogida del toro en esta calle, en los años 80.