martes, 10 de junio de 2014

Pobladura del Valle: Estación del tren.



Este pueblo, industrioso y emprendedor como pocos, se encuentra a  unos 15 kilómetros de Benavente, que es la cabeza de la  comarca.  Por Pobladura pasaba el ferrocarril Vía de la Plata, cuya estación se encontraba y se encuentra, al menos lo que queda de ella, al oeste de la localidad. Y es que cuando dejó de funcionar, hace ya bastantes años, comenzó el abandono de las vías, almacenes, casas y demás infraestructuras que servían o estaban relacionadas con el tren.
Y hasta algún edificio se ha vendido y otros se alquilan para celebrar conciertos u otras actividades, sobre todo en la época estival.
“Sí, el edificio central de la estación lo compró un señor de Vecilla y ahí viene de vez en cuando a vivir y el almacén de al lado lo dejan para actividades musicales u otras a los jóvenes cuando llega el verano”, me dice un señor de edad que se encontraba por allí.
La antigua estación. Al fondo la fábrica de piensos.
El edificio principal de la estación, ahora de propiedad particular.

Uno de los almacenes al servicio de la estación.
 El otro edificio más amplio que hay frente  al de la estación  me dicen que  es de un particular que compró el solar y preparó allí el almacén.
El tren cuando llegaba paraba a coger viajeros  o a cargar y descargar mercancías, incluso las de los almacenes cercanos a las vías. En el caso de la fábrica de harinas Purina, (ahora de otra firma o casa) la vía se acercaba a dicha fábrica prestando así un mejor servicio. 
Para detener el tren.
Vías en la estación de Pobladura.
Cerca de la estación había varias casas, una de ellas era la de la cantina, muy frecuentada por los viajeros. En la actualidad están en ruinas o han desaparecido. Pero hay otras casas no lejos de la estación, con balcones en sus fachadas y esgrafiados en la pared, u otra decoración, que se conservan en buen estado y que llaman la atención. En una de ellas parece ser que estaba la cantina. Incluso vemos una casa también con sus paredes de barro, de tapial, y que también denota antigüedad.
Varias casas antiguas que aún se conservan cerca de la estación.
Se conservan las vías, todavía no ha llegado el momento de su desmantelamiento. Y también los mandos para el cambio de agujas, los postes del tendido eléctrico, y algunas de las señales utilizadas.
La vía aún sin desmantelar.

Palancas para el cambio de agujas o vías.
Atención al tren.
Semáforo.
Kilómetro 298.
                                      Pozo en el antiguo espacio que ocupaba la estación  
                                               
Según me cuentan algunas personas mayores, la estación de Pobladura era muy importante para los viajeros y para transportar mercancías. Viajeros no faltaban, pues acudían de todos los pueblos de las vegas del Orbigo y del Eria, desde Arrabalde y Villaferrueña hasta Maire y Coomonte. Y algunos incluso de la vecina provincia de León. Y había animación sobre todo algunos días de mercado en Benavente o cuando se celebraba algún acontecimiento en la capital de la provincia, Zamora.
Y tampoco faltaban mercancías, unas veces productos del campo: cereales, remolacha, etc. y otras veces los productos de las fábrica, como Purina, que se encontrasen en la zona. El tren hacía lo que después hacían los camiones de transporte…
Cuando estaba el tren la zona de la estación estaba siempre muy animada. Y las personas de los pueblos se veían, se saludaban, y hacían el viaje juntos hasta Benavente, Zamora o cualquier otro lugar de la ruta.
En San Adrián del Valle, pueblo ya de la provincia de León no hay estación. La más cercana para sus habitantes era la de Pobladura, aunque podía utilizar el apeadero que existe en Saludes de Castroponce, pueblo también de León.
Quienes me ha contado algo sobre esto han sido una señora y un señor, ya mayores, que estaban sentados en un banco del parque recientemente inaugurado, que hay junto al arroyo Reguero, o Ahogaborricos. Allí estaban los dos esperando a que pasase el tiempo para cambiar de lugar, aunque solamente fuese para irse a su casa. Y así hacían y seguirán haciendo mientras vivan. Pero estaban contentos y deseosos de hablar con alguien que, al pasar por allí les saludase atentamente y les preguntase por alguna cosa de su pueblo. Y más todavía si el forastero les cuenta algo que ellos desconocen de Pobladura, pues se les veía con ganas de saber y conocer cosas.