domingo, 29 de marzo de 2015

Semana Santa de Benavente: Jesús en la Borriquilla.



Jesús en la Borriquilla acaba de salir de la Ermita.
Este paso desfila el Domingo de Ramos, por la mañana. Nos recuerda la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén aclamado por multitud de fieles seguidores, según dice el Evangelio de  San Marcos que se lee en este día. Cuando se acercaban a Jerusalén Jesús dijo a dos de sus discípulos: …Id a la aldea que está enfrente, y luego que entréis en ella encontraréis un pollino atado, sobre el que nadie montó aún; soltadlo y traedlo…Y más adelante continúa el evangelista: …Llevaron el pollino a Jesús, y echándole encima sus vestidos, montó en él…Muchos extendían sus mantos sobre el camino, otros cortaban follaje de los campos, y los que le precedían y seguían gritaban: ¡Hosanna, bendito el que viene en el nombre del Señor¡… (Marcos 11.1-11)
Benavente cuenta con esta imagen de Jesús en la Borriquilla desde hace ya muchos años y la ceremonia se celebró de forma parecida a como se realiza hoy. Aunque con el paso del tiempo, el progreso y la modernidad, algunas cosas hayan cambiado. Lo vemos a juzgar por la fotografías del pasado que se muestran aquí. El paso cuenta hoy con nuevas andas y son muchos más los portadores, todo ellos de la cofradía de Santa Vera Cruz y Santo Entierro, organizadores de esta procesión.      
Ocurre que, al encontrarse el paso en la ermita de la Soledad durante todo el año, la procesión de este día da comienzo en dicho lugar. Hasta allí llegaban muchos niños y también personas mayores con ramos en sus manos para acompañar a Jesús sobre la Borriquilla en una procesión. Los ramos eran de árboles diversos, pero principalmente de olivo y laurel. Eran pocas las palmas que llegaban a estas tierras y que se comercializaban para el evento, y menos tal vez las posibilidades económicas para conseguirlas. Tampoco es ésta tierra de olivos, aunque cada vez haya más en jardines y parques. El laurel sí es más accesible a todos. Aunque la rama del árbol no es lo fundamental sí que influye en la tradición religiosa.
Portadores y cofrades comienzan la Procesión.
El paso tiene nuevas andas y más portadores.
La procesión pasa por la Plaza de la Soledad y recorriendo las calles de Santa Cruz, Plaza del Grano y La Rúa, concluirá en la iglesia de Santa María del Azogue. Aquí se celebrará la Santa Misa, hoy especial por la solemnidad, e incluso de más duración pues en ella se lee el primer relato de la pasión, a cargo de San Marcos como hemos visto anteriormente.
Niños con  palmas rodean al paso. Plaza de la Soledad.
Por la calle de Santa Cruz llegan hasta el Hospital de la Piedad.
Jesús en la Borriquilla pasando ante la fachada del Hospital de la Piedad.
La Procesión continúa por la calle de Santa Cruz.
También pasan por la Plaza del Grano.
Los portadores del paso se acercan al Corrillo de San Nicolás.
Al llegar a la Rúa cerca del Corrillo de San Nicolás tiene lugar la bendición de los ramos que llevan en sus manos los asistentes a la procesión desde que está comenzó. Algunos forasteros habían acudido con su ramo a la ermita en la creencia de que era este el lugar para su bendición. Y ya bendito seguir en la procesión hasta la Iglesia. Y es que algunos creyentes analizan con detalle cualquier cambio en su tradición religiosa.
En todo el recorrido, antes como ahora, se nota la presencia de muchos niños, procedentes de las parroquias de la ciudad. Algunos de ellos de corta edad, acompañados de sus padres que también participan en los actos, y todos con ramos en sus manos, palmas en casi todos el recorrido, hasta el momento de su bendición en que pudimos ver a más personas con los de laurel y algunos de olivo. Cosa curiosa y que no dejó de sorprender a algunos espectadores. El amarillo de las palmas y el verde del laurel destacaban entre las personas.
Como siempre la plaza de Santa María se llenó de espectadores para ver la procesión y admirar el paso de Jesús en la Borriquita, rodeado de palmas y muchos ramos de laurel. Uno de los momentos más llamativos fue el de la entrada del paso en la iglesia para dar comienzo a la Santa Misa. Los portadores lo cogieron con sus manos y con gran cuidado entraron con él en el templo.
Crucifijo presente en la Bendición de los ramos.
El sacerdote se incorpora a la procesion.
En la Rúa, ya cerca de la iglesia de Santa María.
La Borriquilla junto a los ábsides de la iglesia.
Momento en el que el paso entra en la iglesia para la celebración de la Misa.
La misa de este día, Domingo de Ramos es solemne y de mayor duración que las demás días, debido a la lectura del primer relato sobre la Pasión de los cuatro que se leen durante estos días de la Semana Santa en la Iglesia Católica y que  hoy, como he dicho al comienzo, toca al evangelista San Marcos:
…”Y cuando se aproximaban a Jerusalén, a Betfagé y a Betania, junto al monte de los Olivos envió a dos de los discípulos y les dijo: Id a la aldea que está enfrente y luego que entréis en ella encontraréis un pollino atado sobre el que nadie montó aún; soltadlo y traedlo…”  
Terminada la Santa Misa la comitiva emprende de nuevo el regreso a la Ermita de la Soledad haciendo el mismo recorrido. Pero no lo harán ya en procesión, sino solamente los portadores y otros cofrades. Pero a su paso por las calles no faltarán admiradores. Y algunas personas podrán ver mejor las esculturas, las nuevas andas y hasta a quienes este año se han encargado de llevarlo sobre sus hombros.
 El paso de Jesús en la Borriquilla permanecerá allí el resto del año, como ocurre con otros pasos o grupos escultóricos de Benavente, pues es su sede habitual, sede que desde hace varios años se ha convertido en el pequeño museo de Semana Santa de que dispone la ciudad. 
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Las imágenes siguientes, del año 1976, en blanco y negro, nos muestran cómo se celebraba la Procesión de Jesús en la Borriquilla en dicho año. Es natural que haya algunos cambios, después de tantos años, pues calles, plazas y edificios pueden haber cambiado, pero mucho más las personas, niños y mayores, que participaban en el acto. Y sobre todo los niños que para familiares y amigos resultarán hasta desconocidos. Las andas del paso, ahora nuevas y de mayor tamaño, las vestimentas que llevan algunos, las palmas que entonces eran fundamentalmente ramos de olivo, como cumpliendo lo que se dice en el evangelio, etc. Y algunas otras formas de actuar y vivir el hecho religioso en las cofradías. Se trata de un tiempo pasado que hay que respetar, pero sin oponerse a los avances y el progreso que nos traen los nuevos tiempos.
Unas imágenes se corresponden con la llegada de la Procesión a la Plaza de San Francisco frente a la portada del antiguo Hospital de la Piedad. En este lugar, si mal no recuerdo, tenía lugar la bendición de los ramos, antes de ir en procesión hasta la iglesia.
La imagen sobre las antiguas andas, delante de la portada.
En la plaza se reunnían muchas personas, sobre todo niños...
Y también algunas personas mayores acompañando a los niños.
Imagen en la que vemos a todos los asistentes con su ramo de olivo.
Niños disfrutando con su ramo de olivo en la mano.
Algunas casas de la plaza ya han desaparecido.
La llegada a la Plaza de San Francisco, frente al Hospital de la Piedad.
Y las otras imágenes nos permiten ver la llegada a la Plaza de Santa María y la entrada en la iglesia, para la celebración de la Santa Misa.
La Procesión llega a la Plaza de Santa María. Año 1976.
El paso de la Borriquilla cerca ya de la entrada.
Momento en el que Jesús en la Borriquilla entra en la iglesia. Año 1976.

viernes, 27 de marzo de 2015

Valle de Vidriales: Santuario Ntra. Sra. del Campo



Santuario de Ntra.Sra. del Campo.
Crucero indicativo de lugar sagrado.
Personas saliendo del Santuario después de un acto religioso.
Se encuentra este Santuario en el tramo medio del arroyo Almucera, en la parte central y más extensa del Valle de Vidriales, no lejos de los municipios de Rosinos y de Santibáñez, ni tampoco de San Pedro de la Viña, Carracedo y Fuente Encalada. Y no es mucha la distancia hasta los demás pueblos dado que el recorrido por todo el valle, y cerca del arroyo, no excede de los 40 kilómetros.
El santuario se construyó en el lugar en el que, en época romana, existió una ciudad conocida y denominada popularmente Sansueña, ciudad amplia y muy poblada, que dispondría de termas, templo y demás servicios en aquella época. Y es que además, en el siglo I y cerca de ella, se asentó la Legio X Gemina, construyendo un campamento. Cuando esta legión, por motivos diversos, tuvo que marchar, se instaló allí, de modo fijo, el Ala II Flavia, dedicada a la protección y vigilancia del comercio del oro de las minas del norte. De hecho aún se mantienen sus ruinas y las  murallas que marcan su recinto. Todo el entorno  es un lugar arqueológico protegido, de interés patrimonial y muy visitado.
Los campamentos originaron en su entorno un núcleo urbano muy poblado, de dominio romano durante los primeros siglos, y hasta  la llegada del cristianismo.
Pasados los años y siglos en el lugar del actual santuario existieron varias edificaciones entre ellas una preceptoría, colegio con internado que la diócesis de Astorga construyó allí, dedicado a la formación y preparación de seminaristas los primeros años y antes de trasladarse  a los seminarios de Astorga o León. Preceptorías había algunas más, por entonces, en la provincia de León y  en ellas residían los alumnos durante varios cursos.
Y se construyó precisamente en el centro del espacio que ocupaba aquella gran ciudad con población romana que perduró hasta los siglos IV y V de nuestra era.
Con el paso de los años todas las edificaciones de este lugar desaparecieron tras el abandono, y tan sólo quedaba en pie la iglesia que es la que, debidamente restaurada y acondicionada, se ha convertido en el Santuario de la Virgen Ntra. Sra. del Campo, patrona del Valle de Vidriales.
Ocurre que los pueblos de este valle, y algunos otros  de la comarca, pertenecen en cuanto a la administración civil a la provincia de Zamora, pero desde el punto de vista religioso son de la diócesis de Astorga, una de las más antiguas de España. Y aunque lo civil y lo religioso parecen caminar juntos, esto no ocurre en algunos casos como este. La Diócesis de Astorga ha puesto mucho interés en mantener y proteger el patrimonio religioso de iglesias y ermitas, aunque no haya sido posible en todos los casos. Y con ello proteger y defender también las creencias religiosas de sus fieles y también sus tradiciones.
Con este santuario ha ocurrido así. Ha sido grande el impulso y todo lo realizado hasta llegar al momento actual. Reparaciones y limpieza en su exterior: tejados, muros, puertas, accesos, etc., y también en su interior: techumbre,  pavimento, paredes, retablos, imágenes, etc., y demás objetos necesarios o relacionados con el culto. A todo ello han contribuido también los pueblos del Valle.
El apoyo de la diócesis y la dedicación, esmero y preocupación de los sacerdotes encargados de los pueblos, lo han hecho posible. Uno de ellos es D. Miguel, a quien le ha tocado actuar en el momento actual, no sin contar con el apoyo y la ayuda de algunos feligreses, que también saben valorar el arte y el patrimonio, en este caso de la iglesia.
A D. Miguel le resulta imposible atender a los 16 pueblos que tiene asignados. De ahí que haya centralizado algunos cultos durante el año en este santuario, al que acuden personas de las distintas localidades en los días que se indiquen. Se trata, sobre todo, de aquellas fiestas más importantes de los distintos ciclos litúrgicos: Navidad, Semana Santa y algunas otras. Por supuesto que todas aquellas que, organizadas en torno al Santuario y la Virgen del Campo, contribuyen a mantener las creencias de sus fieles y también las tradiciones.
El Santuario es hoy un hito que destaca en el recorrido por el Valle. Su construcción destaca desde lejos, lo mismo que destaca el castro de San Pedro de la Viña, que está cerca del mismo y las torres de madera que indican el recinto del antiguo campamento. Pero es más interesante aún entrar en el templo y admirar su construcción y su limpieza. Por supuesto que sus retablos, imágenes, pinturas, objetos de culto, etc. Estoy seguro que será del agrado de todos los visitantes. Hagamos un pequeño recorrido por él.
Una de las campanas en la torre del Santuario.
Puerta desde el interior. Obra de J. L. A. Coomonte.
Pozo antiguo en uno de los lados del Santuario.
Techumbre del intrerior.
Interior del templo.
Retablo mayor o central con la Virgen del Campo.
La Virgen, patrona del Valle, ocupa un lugar destacado en el retablo.
Virgen del Campo, rodeada de ángeles.
Retablo lateral derecho.
Retablo lateral izquierdo.
Pequeña imagen románica en hornacina. Interior del templo.
Virgen del Rosario.
Imagen que preside uno de los retablos laterales.
Otra imagen en un retablo lateral.
Varas de cofrades muy originales por sus imagenes.
Parte superior de las varas.
Limosnero con la Virgen del Campo.
Pintura en uno de los retablos.
Una de las tablas pintadas del retablo mayor.
Sarga con escenas de la muerte para el día de Difuntos.
Otra escena en las sargas de difuntos.
Alusión y representación de la muerte.