lunes, 23 de marzo de 2015

Benavente: Hotel Mercantil.


Fachada antigua del edificio hotel.
El edificio de este hotel está en una de  las calles más céntricas e importantes de la ciudad, la Rúa, y también una de las más antiguas, pues su nombre ya aparece en la documentación medieval de los siglos XIII y XIV. Calle que recibió otras denominaciones en épocas pasadas, con motivo de los cambios políticos que hubo a lo largo de los años.
 Por la actividad que desempeñaba era uno de los edificios más nombrados y conocidos, dentro y fuera de la ciudad. Y sin duda alguna el más elegante, pues, cuando comenzó a prestar servicio no había muchos hoteles en la ciudad, y menos de su categoría. Se contaba más con fondas o posadas, en donde se hospedaban la mayor parte de las personas que querían pernoctar en la ciudad.

La Rúa en los  años 70. A la izquierda edificio del hotel
Balcones y adornos sobre las ventanas de su fachada.
Tengo en mis manos la Guía Comercial Profesional e Industrial de Benavente del año 1946, editada por el Ayuntamiento y en el apartado Hoteles y Fondas se cita en primer lugar al Hotel Mercantil. También aparecen el Hotel Castellano y el Hotel Comercial. Las demás son fondas y posadas.
Bares, hoteles y fondas. 1946.
El edificio se construyó a finales del siglo XIX como casi todos los de esta calle en los que se empleó el ladrillo y otros elementos decorativos. El arquitecto seguramente que fue también Segundo Viloria, el mismo que proyectó el edifico Rodríguez o Casa de los Cervatos, también de aquella época y que está dedicado en la actualidad a servicios municipales. Hay cierto parecido entre ambos al menos en los adornos de las ventanas. 
Benavente, como ciudad situada en un lugar privilegiado desde el punto de vista de las comunicaciones, y además un lugar en el que desde antiguo se han celebrado  importantes ferias y mercados, a juzgar por muchos de los nombres de sus calles y plazas, no podía faltar en Benavente un  hotel de este tipo, cuyas estancias estarían  ocupadas con frecuencia por personas dedicadas a las mercaderías.  
Y es que fue un lugar de hospedaje principalmente para viajantes que llegaban aquí para vender sus productos en las abundantes tiendas que hubo siempre. También para muchos tratantes y ganaderos, unos encargados de mediar entre comprador y vendedor y otros, los propietarios, que venían a las ferias con su ganado.
Se hospedaban en el Mercantil aquellas personas, con más o menos posibilidades económicas, que llegaban de visita a la ciudad con motivo de algún acontecimiento especial, religioso, político o simplemente para una celebración familiar. O venían a disfrutar de sus ferias y fiestas, que desde siempre gozaron de gran prestigio.
Las imágenes que pude obtener cuando visité su interior en un momento antes de su rehabilitación, nos muestran su antigüedad en algunos aspectos, así como la elegancia de sus aposentos, salones, dormitorios, escaleras, etc. Incluso sus cocinas y algunas máquinas que utilizaban ya por entonces, como la antigua lavadora. 
Una de sus habitaciones.
Amplio salón para acontecimientos especiales.
Otra vista del anterior salón.
Escalera de caracol, no lejos de la escalera principal.
Escalera principal en interior del edificio. Barandilla de hierro y con adornos.
Antigua lavadora del hotel, junto a otros útiles del mismo.
En la actualidad el edificio, vendido por sus propietarios, y debidamente rehabilitado en su interior, se ha convertido en un edificio con viviendas, como otros de la misma calle. Pero, como edificio protegido, su fachada, sin embargo, se ha mantenido en su estado original, una vez realizada la limpieza correspondiente en aleros, ladrillos y demás elementos de adorno de su fachada. También se conservan los balcones hierro, uno corrido en la primera planta, y los correspondientes a cada ventana en la segunda.
Fachada actual del edificio rehabilitado para viviendas.
Balcones restaurados, lo mismo que los demás adornos de la fachada.
La Rúa. El hotel en medio de dos nuevas construcciones.
Por la imágenes antiguas vemos que la Rúa, como otras muchas calles de la ciudad, ha sufrido muchos cambios en su urbanización a los largo de los años. Y de sus edificios,  parte de ellos de ladrillo y construidos de finales del siglo XIX y comienzos del S.XX, unos han sido destruidos totalmente, incluida su fachada, dando lugar  a una nueva construcción, y en otros, aunque haya habido cambios en su interior, no ha ocurrido así en su fachada, que se ha conservado, aunque se haya restaurado, como ha ocurrido con esta del antiguo Hotel Mercantil.
Vista general de una parte de la Rúa.
El edificio destacaba sobre los que estaban al lado.
Aspecto de la calle cuando se denominaba de Alfonso XIII. Siglo XX.
A la izquierda el hotel, junto a un nuevo edifcio.
A la derecha los bajos del hotel. Día del Toro, año 1947.
Otra imagen de La Rúa en la época y con el nombre  de Alfonso XIII.
Imagen más actual de La Rúa.
J. C. de la Mata en su libro Sociedad y Prensa en Benavente, hace varias referencias a este hotel. Entre ellas dice  que su propietario era un tal Manuel Rey. Y comenta también quienes eran los  que se alojaban en él, algunos de ellos famosos: agentes comerciales, médicos especialistas que pasaban su consulta, actores y actrices de las compañías que venían a representar alguna obra  en el Teatro, entre ellos Carlos Lemos etc., cantantes como Antonio Molina y otros. Se cita en algún periódico de la época que médicos especialistas en partos, garganta, nariz y oídos, ortopedia, etc., con residencia en otras ciudades, pasaban consulta en el Hotel. También se informa de la presentación, si no de desfiles, si al menos de colecciones de moda, etc. para que el público pudiera asistir a los actos.
Por el hotel pasó gente de prestigio pasó. Aquí pernoctó, entre otros, Emilia Pardo Bazán que, a su paso hacia Madrid desde Galicia o viceversa, paraba en Benavente y se hospedaba en él. Incluso en sus salones se celebraban animadas tertulias políticas y de otro tipo.
Destacaba el hotel igualmente por la  abundancia y exquisitez de sus menús, de ahí que fuesen muchos los que elegían este lugar para la celebración de los banquetes. Concretamente el de la boda del padre de Federico Silva Muñoz tuvo lugar en sus comedores.
En los bajos del hotel estaba la farmacia de las conocidas como La Cabitas o las Benedictas, que se dejó de funcionar hace ya tiempo. Ahora es un local cerrado y sin uso.
E
En los bajos estaba la farmacia de Las Cabitas.
El local del bajo está cerrado, pero toda la fachada está limpia y restaurada.
La parte posterior del hotel daba a la actual Ronda Madrid y por allí se pasaba al patio y cocheras del mismo. En la actualidad todo ha cambiado debido a las nuevas construcciones.
Galería y ventanas del edificio. Parte de atrás del mismo. (F. L. C. Nuevo)
Imagen anterior más amplia y en blanco y negro. (Foto:  L. C. Nuevo ).
Puerta del Hotel que daba a la Ronda Madrid.


Ronda Madrid. Parte de atrás del hotel. Arriba Galería.