martes, 1 de septiembre de 2015

Pendones en la Romería a la Virgen del Campo, patrona del Valle de Vidriales.


El Santuario de la Virgen del Campo en un día sin romería.
Así se encontraba el santuario el pasado día 29, día de la romería.
Virgen del Campo, patrona del Valle de Vidriales.

Estandarte de San Lucas, copatrón del Valle de V.
Imagen de San Lucas.
Hacía varios años que no acudía a esta Romería. Lo hice precisamente la última vez cuando estaba preparando mi  libro Valles de Benavente. Ermitas  Romerías, que editó el Centro de Estudios Benaventanos, en el año  2013, para incluirla entre las demás. Unos años antes había comenzado su andadura esta nueva tradición romera y había muchas  cosas pendientes, que contribuyeran a dar realce a la fiesta, entre ellas, la presencia de los pendones, estas enseñas tan características de los pueblos y ciudades del antiguo Reino de León y que tanta importancia y raigambre están adquiriendo sobre todo en las provincias de León y el norte de Zamora.
Esta romería se hace coincidir, más o menos, con la fiesta en honor al recientemente elegido y nombrado ya santo Fray Lucas, y no lejos de su lugar de nacimiento. De ahí que el desfile de pendones se iniciase en la iglesia de este pueblo Carracedo, y que su imagen fuese llevada a hombros, sobre unas andas, por varias personas, acompañando a los pendones, hasta el santuario. Varios kilómetros de recorrido cargados de esfuerzo pero también de sensibilidad, devoción y tradición religiosa.
Hacia las once horas salen de la iglesia de Carracedo de Vidriales, a modo de marcha peregrina o, si queremos, en procesión, los pendones y la imagen del santo. Y tras un breve descanso en San Pedro de la Viña, continúan hasta el santuario de Ntra. Sra. del Campo. Expectación y silencio durante el recorrido, aunque de vez en cuando se oigan de las charangas de gaitas y dulzainas, que acompañan a los pendones y pendoneros en el recorrido.
Los pendones después de pasar por San Pedro de la Viña.
...Ya en la carretera y caminando...
...Se van acercando al Santuario de la Virgen del Campo.
En el camino y ya cerca del final, dejan a su izquierda el antiguo e importante castro de San Pedro de la Viña, el lugar más elevado de todo el valle, desde cuya cima se contempla un bello panorama. 
Los pendones pasando cerca del castro de S. Pedro de la Viña.
En poco tiempo llegarán al santuario en donde les espera y recibe la imagen de la Virgen sobre sus andas, acompañada de los que llevaban los originales y llamativos garrotes o varas de cofradía de que disponen en el templo. Tras el saludo con cánticos marianos y lo acostumbrados rezos, todos juntos, sacerdote, pendones y pendoneros, imagen de San Lucas, Virgen sobre andas, portadores de cruces y varas y una gran parte del público asistente a los actos, inician la procesión por la explanada en torno al santuario. Este ha sido sin duda alguna uno de los momentos más emotivos de la romería a juzgar por visto, y por lo oído a muchas de las personas asistentes
El sacerdote, con la Virgen, cruces y garrotes o varas, salen al encuentro.
Los pendones ocultan el Castro de San Pedro de la Viña.
El encuentro tiene lugar en la carretera...
...Y todos juntos procesionan en torno al Santuario.
Estandarte e imagen de San Lucas, copatrono del Valle de Vidriales.
En procesión alrededor del Santuario.
También estuvo bien pensado, y mejor realizado el acto en el que, al finalizar la procesión en torno al santuario, los pendones y pendonetas se colocaron a ambos lados, delante de la puerta principal del mismo, para recibir y venerar, con su inclinación, a la Virgen del Campo y a San Lucas, protagonistas de esta fiesta romera, en el momento de entrar en la iglesia. No faltaron los aplausos y algunos vítores a las imágenes, a los pendoneros, a las personas asistentes de todo el Valle,  y hasta al mismo santuario.  
Los pendones a ambos lados, cerca de la puerta....
...Reciben y saludan a las imágenes de la Virgen y de San Lucas.
Y los asistentes se dirigen al templo.
Entre los más de 20 pendones que participaron tenemos que destacar el que, recuperado desde hace no mucho tiempo, pertenece al Santuario de la Virgen del Campo  Además de pendón también disponen de una bandera con los mismos colores. Por cierto que sus telas, de color azul y blanco, destacan entre todos los demás casi todos con colores más fuertes, y no tan inmaculados.
El pendón del Santuario desfilando en lugar preferente.
El pendón y la pequeña bandera del Santuario.
A continuación y con el templo lleno de gente, tuvo lugar la Santa Misa, a cargo del Sr. Vicario para el clero de la diócesis de Astorga, acompañado de varios sacerdotes, entre ellos D. Miguel, alma mater de la celebración y organización de la romería, pues es el encargado del santuario y de los pueblos cercanos al mismo. D. Miguel cuenta con personas que le ayudan y colaboran en los diversos actos.

Comienzo de la Santa Misa, con la iglesia llena de gente.
En la homilía el Sr. Vicario recordó, como no podía ser de otro modo, a la Virgen del Campo en su fiesta, y como patrona y protectora de los pueblos del Valle y de sus habitantes. Le pidió prosperidad, paz y felicidad para todos. También recordó a Santa Teresa con motivo de la celebración del V Centenario de su nacimiento, sus virtudes y cualidades humanas como mujer avanzada, y hasta reivindicativa, en su tiempo.  
Un momento de la celebración eucarística.
El Vicario para el clero, de la diócesis de Astorga, se dirige a los asistentes.
Después de la misa, y como novedad también este año, para pendoneros y demás asistentes, tuvo lugar una comida, en  unión y convivencia, y en la que participaron muchas personas. Por allí se veía una gran paella preparada para ello. Y al finalizar la comida no faltaron los bailes y cánticos regionales, con es normal en toda fiesta romera. Estoy seguro de que actos de este tipo son del agrado de todos los amigos y amantes de las tradiciones y del Patrimonio Popular.
La paella estaba ya preparada para la comida en unión y convivencia.