sábado, 30 de abril de 2016

Benavente: Monasterio de Santa Clara en 1981. Imágenes del exterior.



En Benavente son muchos los edificios que han desaparecido, unos por haber sido destruidos al no considerarlos de interés, otros porque ellos mismos se fueron deteriorando con el paso de los años y en algunos también siglos. Por las imágenes del pasado sabemos cómo eran dichos edificios y en algunas ocasiones nos lamentamos de su desaparición.
Por mi parte desde siempre me interesé por el patrimonio, tanto de los pueblos como de las ciudades, e intenté plasmar en fotografías todo aquello que veía o consideraba de interés por su valor arquitectónico, artístico y también histórico, porque el urbanismo y la variedad de edificaciones conforman  a las ciudades, y también su historia. Ciudades que, sean grandes o pequeñas y con aspecto  antiguo o más moderno, son visitadas y admiradas  por muchas personas.
Me ha surgido esta reflexión al ver un reportaje fotográfico que hice en el año 1981 sobre los exteriores del desaparecido Monasterio de Santa Clara de Benavente, en una de mis últimas visitas a dicho lugar en compañía del sacerdote y amigo D. Vidal Aguado. En esta ocasión ya no vivían las monjas y el abandono, la ruina y destrucción eran inminentes.
Poco a poco fotografié todo aquello que, desde el punto de vista arquitectónico o artístico, me parecía de interés, incluso para conservar algo  en el mismo lugar: arcos, puertas, ventanas, fachadas, escudos, etc. Y hasta el pozo y algunas cosas de la huerta o jardín. Pero nada se conseguiría, pues la destrucción fue total, ya que ningún resto de este monasterio se mantuvo ni se mantiene en pie, al menos de su exterior.
En la placa sobre la puerta: Real Monastetrio de Santa Clara.
Era un hecho evidente que las condiciones de vida en dicho edificio no eran adecuadas para vivir dentro de  él con dignidad, y se necesitaba un nuevo edificio, como así se hizo. Pero lo que llama la atención a los amigos del Patrimonio es que algo de lo que nos muestran estas imágenes no se haya conservado en el lugar en que se encontraba o cerca de él.
Y ha ocurrido lo mismo con los demás conventos e iglesias, y otros edificios civiles, desaparecidos en Benavente que, si no se tuvieran las imágenes, no se conocería, ni se valoraría, como se debe, la importancia que tenían. Podemos decir que la nuevas generaciones tan solo podrán disfrutar de imágenes del pasado de su ciudad, al menos en algunos aspectos relacionados con el urbanismo.
Después de tantos años, algunas de estas fotografías ya se han publicado en el libro Recopilación Fotográfica sobre el Patrimonio Histórico Artístico de Benavente, editado por el CEB Ledo de Pozo en el año 1991. E incluso con anterioridad se habían expuesto en el Instituto León Felipe, cuando organizábamos  un concurso fotográfico, con temas variados, entre ellos algunos relacionados con la ciudad de Benavente.
Con el paso del tiempo, al ver, de nuevo, las imágenes de edificios desaparecidos, valoramos incluso más algunos aspectos de los mismos y hasta nos lamentamos, en ocasiones, de la no conservación de alguno de ellos, o al menos lo más destacado, si se contaba con posibilidades para hacerlo. Pero no tenemos que olvidar que eran otros tiempos y otra la forma de pensar, sentir, y hasta de ver y admirar las cosas.

miércoles, 27 de abril de 2016

Benavente: Calle Barrio Nuevo.



 
Siempre me ha llamado la atención el nombre aplicado a esta calle, que  según consta  en archivo de la ciudad, legajo 962 del año  1860, tenía ya 5 casas en la acera derecha y 16 en la izquierda, además de varias puertas accesorias. Estaba situada no lejos del casco antiguo e histórico de Benavente ni de la cerca o muralla que rodeaba la Villa, después ciudad.
Es paralela a la calle Pocico y también a una parte de la calle de los Carros, esta última una de las más largas y más conocidas, y por la que pasan diariamente muchas personas y también vehículos, al ser una de las salidas de la ciudad.
Se accede a la calle Barrio Nuevo, desde el norte, por la calle Canapé, curioso nombre, y termina en la Plazuela de los Leones. Cerca de ella se encontraba la iglesia de San Bartolomé y no lejos las de San Julián y San Juan del Reloj. Más al sur se encontraban también las iglesias de San Miguel y de San Andrés, todas ellas ya desaparecidas en la actualidad, pero que nos indican la importancia del gran poblamiento existente en esta zona de la Villa durante los siglos XVI y XVII.
Plano de Benavente en el siglo XV. (R. González), con las iglesia existentes.
El antiguo caserío fue desapareciendo a lo largo de los siglos, dando paso a nuevas construcciones. Todavía se conservan algunas viviendas unifamiliares y con patio, aunque  con las reformas y reconstrucciones han perdido su sabor antiguo. Quedan algunas puertas o ventanas con rejas que nos lo recuerdan.
Comienzo de la calle desde el norte.
Algunas de las pequeñas casas que se conservan...
Ventanas y balcones con rejas...
Una de las puertas con mirilla...
Es una calle en la que no se han construido muchos edificios de varias plantas, como ha ocurrido en la cercana calle de los  Carros. Uno de ellos con fachada a los Carros es el que, desde hace muchos años, está destinado a servicios públicos, municipales y estatales, pues es la sede de organizaciones sindicales y empresariales. Y también lo utilizan para cursos y otro tipo de actividades algunas asociaciones o entidades sin ánimo de lucro. Aunque sea la parte de atrás del edificio no deja de llamarnos la atención al pasar o pasear por la calle.
A la derecha algunos edificios de varias plantas...
Nuevos edificios y de varias plantas, también a la derecha de la imagen.
Parte trasera del edificio, fachada en calle de los Carros, dedicado a servicios.....
Por esta calle, que se encuentra cerca de la iglesia del Carmen, pasó en algún tiempo la Procesión del Carmen el día de la celebración de su fiesta.  Nos lo demuestra las siguientes imágenes antiguas, publicadas en el Grupo de Facebook No eres de Benavente y que me he permitido copiar y reproducir aquí.
En una de ellas, al comienzo de la procesión y tras la Cruz que no aparece en la imagen, va D. Leovigildo, párroco de Santa María del Azogue, que solía asistir a los actos religiosos el día del Carmen. Le sigue la imagen de San Miguel, portada a hombros de hortelanos, pues es su patrón. En la calle y en el barrio había también muchas personas con este oficio.  La imagen, muy antigua e importante, se encuentra también en la iglesia de El Carmen.  Detrás de San Miguel niños y niñas de Primera Comunión.
San Miguel en la procesión de El Carmen, pasando por esta calle.
En la otra imagen, también de la misma calle, vemos a los niños y niñas de Primera Comunión y detrás de ellos la imagen de la Virgen llevada a hombros  y acompañada, en este caso,  por miembros de su  cofradía. Detrás de la Virgen las autoridades religiosas y civiles y demás asistentes al acto religioso.
Imagen también antigua. La Virgen del Carmen  a hombros de los cofrades.
Las fotos son antiguas y nos demuestran la gran devoción que  hubo en Benavente hacia la Virgen del Carmen.  La asistencia de personas al novenario fue siempre numerosa, lo mismo que a todos los demás actos que se celebraban el día de su fiesta.

miércoles, 20 de abril de 2016

Recuerdos del Ayer: Las Comedias y el Circo Ambulante.



Antiguamente había muchos grupos de teatro ambulante, o comediantes, que recorrían los pequeños pueblos y ciudades para representar sus comedias, sainetes o títeres. Y es que era la única forma que tenían las pequeñas localidades de ver teatro u otros espectáculos, que contribuían en algunos casos a la enseñanza o educación, pero casi siempre a la distracción o entretenimiento de las personas.
Incluso en algunos pueblos existían grupos de teatro o de comedia que, periódicamente, representaban alguna obra en su pueblo e incuso en los pueblos próximos. Se trataba casi siempre de actrices y actores improvisados y aficionados, pero que conseguían deleitar a sus vecinos, haciéndoles pasar unos buenos momentos.
En Benavente, localidad con más población, desde hace mucho tiempo se sabe que hubo grupos de teatro y hasta existió un edificio Teatro del Jardinillo que se utilizaba para estas y otro tipo de actividades. Es de suponer que también había algunas personas, que actuaban como actrices y actores locales, con afición, y que representarían algunas obras.
Pero, además de existir actores y actrices, aficionados al teatro, en los pueblo, era frecuente, que llegasen de otros lugares compañías populares para representar algo, bien de teatro o de circo, como es el caso al que me quiero referir ahora. Lo hago motivado por las siguientes fotografías.
Las primeras son imágenes de un circo ambulante, como se lee, y  que acaba de llegar a un pueblo, seguro que de esta comarca de Benavente, incluso puede ser conocido por algunas personas. Vemos cómo llegan en un carromato, al modo de las actuales y modernas caravanas. El carromato sirve de vivienda para la familia y también para los animales, en este caso un pequeño mono, del que se servirían para el espectáculo.  Seguro que el animal causaría gran admiración y hasta deleite entre los espectadores, fuesen niños o mayores.  Actuarían en la plaza del pueblo o en un lugar apropiado para que los espectadores pudieran verlo. Y terminada la sesión se trasladaba con su vivienda a otro lugar. Las imágenes son de los años 60.
También escenas de circo ambulante son las siguientes imágenes, pero ya  del año 1980, en la denominada ahora Plaza de la Madera de Benavente. Aquel día de dicho año pude ver un espectáculo de circo en la calle, cuyo protagonismo giraba en torno a otro animal, en este caso una cabra, bien domesticada y obediente. La cabra dirigida por su dueño hacía cosas que causaban admiración y también sonrisas entre los presentes.  Al finalizar cada actuación alguien se encargaba de pedir un donativo a los espectadores presentes.
En los dos casos se sirven de un animal, que educan y vive con sus dueños y al que quieren como uno más de sus hijos, si se me permite el símil. En la actualidad apenas se ven circos ambulantes populares y menos con animales. Tal vez sea debido a que la legislación no permita el uso de estos, por más que, en este caso, estén libres de maltrato. Es cierto que las cosas cambian y el progreso y educación de las personas, debe llegar también al respeto animal. Y que solamente se deberá hacer con el permiso correspondiente y cumpliendo las leyes. Pero el recuerdo de estas personas, comediantes o titiriteros, con su circo ambulante y su cabra, mono, u otro animal, ahí queda para el recuerdo, la tradición y por qué no, también para la historia.