martes, 9 de agosto de 2016

Benavente: La Plaza Mayor y el Turismo.



La plaza, sin coches, en vísperas de las fiestas de la Veguilla.
No me quiero referir aquí a la oficina de turismo que se encuentra en este lugar, concretamente en un local que da a los soportales del antiguo Ayuntamiento. Por supuesto que allí está, y muy bien por cierto, a juzgar por las continuas visitas que tiene. Lo que quiero contar aquí y ahora es que cada vez son más los turistas o forasteros que se acercan a la Plaza Mayor de Benavente, para verla y conocer este espacio de la ciudad. Y es que esto lo hacemos todos cuando, en nuestros viajes a las ciudades e incluso pueblos con menor población, nos acercamos a las plazas mayores, que suelen estar en el centro de las mismas, y en ellas suele haber siempre algunos servicios de interés para los ciudadanos, sean vecinos, o forasteros y turistas.
Y efectivamente, también ocurre en Benavente. Su plaza mayor, en sí misma, tiene algo que ofrecer, aunque en ella no se desarrolle actividad alguna.
Hace unos días en mi vista casi diaria, y breve paseo, por este lugar lo he comprobado, al escuchar la conversación de dos personas, que llegaban  por el Pasaje de las Guindas:
-Mira,  la Plaza Mayor,  decía una de ellas. Está bien, el espacio que ocupa no es muy grande, pero el recinto está bien estructurado, con soportales y todo…. Y la persona que le acompañaba dijo algo parecido a esto: Qué pena lo de los coches, con ello pierde todo la belleza y el sabor antiguo que tiene. Además no se puede ver y admirar como se debe.  
Ambos intentaron acercarse al centro de la misma, pero todo eran obstáculos, pues llegaron en uno de los días en los que se permite aparcar, aunque sea parcialmente, pues no se hace  en toda la plaza. Cosa esta que no es la solución, pues los coches entran continuamente en el recinto, intentando buscar lo de aparcar, aunque no lo encuentren, con lo cual impiden a las personas hasta pasar, y menos pasear, por ella durante gran parte  del día.
Esto que he visto y vivido hace tan solo unos días, pudiera repetirse todo el verano si no se impide aparcar definitivamente, indicando a los conductores la proximidad de otros aparcamientos en lugares próximos, uno de ellos a no más de 200 metros en la calle de las Eras y algunos otros cercanos.
Con ello los turistas, que cada día se acercan más a Benavente, al visitar  la Plaza, pueden ver, además del espacio que ocupa rodeado de soportales, unos más antiguos que otros, la fachada del Ayuntamiento, construida a mediados del siglo XIX, concretamente en el año 1845, a base de piedra de sillería, con dos plantas.  Y los edificios o casas antiguas de ladrillo que aún se conservan, que guardan entre sí cierta armonía, conocidos como casa de las Pescadería, casa Allén, casa Lesmes y casa Morán. En el lado norte, al desparecer las antiguas casas, se construyeron otras alterando  el color, los materiales y la altura que exigía el entorno.  
Otra imagen de la plaza, sin coches, con motivo de la celebración festiva.
Casa de las Pescaderías y Casa Allén.
Casa Lesmes. A la izquierda casa Allén.
Casa Lesmes y a la derecha casa Morán.
En la fachada del Ayuntamiento se pueden ver algunos detalles en la decoración del muro y de las ventanas con los balcones….  Por cierto que en una piedra de la parte central de esta fachada se representa en relieve uno de los más antiguos escudos de la ciudad, incluso sin la imagen de la pequeña Virgen de la Vega. También destaca el reloj con la veleta, sobre el teajdo de la fachada. Y el la pared norte del edificio se encuentra el relieve de Fray Toribio Motolinia, nacido en Benavente y evangelizador de Mexico en 1491.
Fachada Ayuntamiento. Al fondo calle de las Carnicerías.
El reloj y la veleta sobre el tejado de la fachada del Ayuntamiento.
Antiguo escudo de la ciudad en una piedra de la fachada.
Imagen ampliada del escudo anterior sobre la piedra.
Reloj del Ayuntamiento de Benavente.
El turista que viene a ver cosas también puede apreciar el edificio de ladrillo que se encuentra frente al Ayuntamiento, conocido como Casa Lesmes.  Su construcción, en 1918, marca una época muy concreta de la ciudad y nos muestra unas curiosa figuras como máscaras o rostros de terracota, que se encuentran en las clave de las ventanas-balcones enrejados. 
Casa Lesmes, uno de los edificios de ladrillo en la plaza.
Sus ventanas con antiguos balcones y otros adornos.
Rostro de terracota en la clave de esta ventana.
Distinto rostro en otra de las ventanas.
En esta ventana la clave tiene distinto adorno.
Seguro que también verán, aunque de época más reciente, el mosaico de J. L. Coomente, escultor  nacido en la ciudad, que muestra o quiere indicar la situación de Benavente rodeada por los cinco ríos: Esla, Orbigo, Cea, Tera y Eria. El mosaico, algo deteriorado, sigue a la espera de una pequeña reparación y un mayor respeto por parte de todos. Lo mismo que el relieve de Fray Toribio Motolinía en la pared norte del Ayuntamiento, que da  a la calle de la Encomienda.
Mosaico de los ríos en el centro de la plaza, del escultor J. L. Coomonte
Detalle del mosaico de los ríos.
Relieve de Fray Toribio Motolinía.
Y a la Plaza dan también algunas calles cortas y estrechas con  nombres que respetan la tradición como Pasaje de las Guindas y Calle Carnicerías y también la historia, como la calle Cortes Leonesas…..
Pasaje de las Guindas a la derecha y C. Carnicerías a la izquierda.
Al fondo sale la calle Cortes Leonesas.
Imagen de uno de los rincones más antiguos de la plaza.
Son muchas las actividades culturales y de otro tipo que se realizan en la Plaza a lo largo del año, además de los mercados semanales de los jueves. De todas ellas se conservan buenos recuerdos.

Pero ocurre que también son muchos los que piensan que además de utilizar la Plaza para esas actividades públicas, culturales o de otro tipo, cuando no las hay, debe ser un espacio para el paseo, convivencia y disfrute  de los ciudadanos durante todo el año, pero mucho más en los meses del verano, cuando llegan los forasteros y turistas con la única intención de conocer la ciudad y al llegar a la plaza la ven llena de coches, en todo o en una parte. Y lo mismo ocurre en algunas calles de esta ciudad que son peatonales, o al menos así lo indican las señales y así lo aprobó en su día la Corporación Municipal. Con frecuencia se ven algunos coches en ellas o sobre aceras, o en lugares cuya prohibición es evidente. Mientras más se permita y consientan las infracciones, más daño se causa a los ciudadanos, sean vecinos, forasteros, o turistas.